Hoy otras manos me tocaron. Otros labios me besaron. Fue algo casual y sin embargo pensaba que estaba haciendo mal. Tú no salías de mi cabeza. No dejaba de pensar en que eran tus manos las que acariciaban mis caderas y tus dulces labios los que besaban mi cuello.
En ese momento, me di cuenta que aún un vago recuerdo de ti, estaba presente en mi.