De nuevo tus mensajes dejaron de llegar, pero por alguna razón ya me acostumbré. Ya no duele tu partida ni tu ausencia, lo que si me divierte, es el hecho de que no puedas aguantar no hablarme en definitiva.
Espero de todo corazón que tu vida sea la mas provechosa y dichosa de este mundo, pero también de todo corazón, te pido que no vuelvas más.
Tu regreso me agita un poco, aunque en el fondo se que siempre vuelves, y antes, tu partida siempre me dejaba un poco rota, pero hoy, justamente hoy me di cuenta que ni siquiera la habia notado. Algo estoy haciendo bien.