Algunos Creen y Otros No || Wigetta || Temp. 1

Cap 25: ¡¡No Me Abandones!! - Final

Narra Guillermo:

-¡¡SAM!! –Gritaba muy descontrolado el llevaba demasiado tiempo ahí y me da miedo que le pase algo -¡¡SAMI!! ¡¡REACCIONA!! ¡¡POR FAVOR!! ¡¡ESCUCHAME!! ¡¡SIGUE MI VOZ!! –Estaban empezando a deslizar las gotas de lágrimas por mis mejillas descontroladamente -¡¡YO TE AMO, SAM!! ¡¡POR FAVOR NO ME ABANDONES!!

...

Fue mi culpa, porque le dije que hiciera él ese viaje astral.

''Te prometo que te protegeré'', ''Yo te protegeré'', ''Te protegeré'', ''Tranquilo, todo va a salir bien''

Esas palabras no dejan de resonar en mi mente. Me están enloqueciendo demasiado.

En este momento mi profesor está revisando a Samuel, mientras yo me estoy intentando tranquilizar.

Estoy llorando a mares, no me imagino volver a estar sin Samu, esto es difícil, la primera vez fue por culpa de una zorra que beso a Samuel, yo andaba en esos días con un genio que no os imagináis. Y la segunda, fue cuando yo estuve con Rubén.

Tiempo valioso que jodidamente perdimos.

...

Ya me encuentro en una sala de espera, y a mi lado se encuentra el profe que me ayudo, Que por cierto, se llama Kevin.

Habíamos llegado hace una hora y media, maso menos. Yo sigo totalmente desesperado, pero intento estar calmado, y es difícil.

Ustedes se preguntaran ¿Cómo llegamos aquí? Pues ya se os contare.

FlashBack

El profesor termino de revisar a Samuel y se veía intranquilo. Vi que cogió su móvil, marco un número y se lo puso en el odio, no se a quien llama, tampoco me ha dicho nada de Samuel, pero me está desesperando, porque ha empezado a caminar de un lado a otro como loco.

Le contestaron y él decía ''¡Manden una ambulancia!'', ''Lo mas rápido que les sea posible'', ''¡Es una emergencia!'' ''Rápido, por... favor'', ''Si'', ''Os explicare camino al hospital''. Cuando colgó la llamada, guardo el móvil.

-La haz cagado –Dijo mi profesor el cual ya estaba sentado en frente de mí.

-Lo sé –Dije mirando al suelo, ya mis ojos se encontraban nublados por las lágrimas que amenazaban en salir –Y lo lamento mucho.

-Tranquilo –Dijo y me dio una palmadita en la espalda –Todo estará bien.

Ya las lágrimas habían empezado a deslizar por mis mejillas. Todavía no me creo que Samu está en esta situación por mi culpa. ¡Yo debería estar en esa situación! ¡No él!

Ya se empezaban a escuchar las sirenas de las ambulancias. Mi profesor rápidamente se levantó de donde estaba sentado y fue hacia la puerta. Abrió y rápidamente entraron los paramédicos con una camilla en las manos.

Pusieron la camilla en la cama en la que yo dormía, pero en realidad nunca lo hice, cogieron a Samuel y lo acomodaron en la camilla. Después lo levantaron y salieron de la cabaña. Yo salí detrás de ellos.

-¿Podemos ir con ustedes? –Pregunte inocente. Siempre me había interesado montar en ambulancia. Era muy mala ocasión para disfrutar uno de mis sueños.

-Claro –Dijo uno de los jóvenes paramédicos.

Mi profesor subió adelante, con el conductor y yo me fui atrás con Samu y el joven paramédico. Él ya se encontraba revisando a la persona más preciada que tengo en esta vida.