Cap 20: Mi Compañero De Cabaña :3

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Narra Samuel:

El viaje fue demasiado largo y aburridor. No paso ni un cuarto del camino y mi mp3 se descargó totalmente. Qué horror.

Cuando llegamos a aquel lugar, fuimos los primeros, nos dieron unas cuantas indicaciones y nos contaron un poco sobre este lugar. También nos asignaron las cabañas, las cuales iban a ser asignadas por parejas, pero como yo soy tan de malas en esta vida, me toco solo.

-Tu cabaña asignada es la 77 –Dijo uno de mis profesores –Tal vez llegue un estudiante de otra carrera y este contigo en esa cabaña, o, tal vez no llegue nadie, todavía no se sabe.

-Gracias –Le recibí las llaves y las guarde en el bolsillo de mi jean –Y por mí no hay problema si comparto habitación con otro chico o chica.

Aunque tengo miedo de que me llegue a tocar con Rubén, pero hay pocas posibilidades de que llegue a pasar eso ¿No?

-Eso está bien.

Después de eso, el profesor me dio las indicaciones de cómo llegar a lo que va a ser mi casa por 2 meses.

Me encamine, tomando en cuenta las instrucciones, este lugar es muy bonito, es todo tan campestre, sería muy bonito poder acampar por aquí, y en las noches creo que se logra percibir el cielo con estrellas mejor de como se ve en la ciudad.

En el autobús nos comentaron que los 2 primeros días estaremos conociendo el lugar, básicamente, donde se encuentran todas las cabañas, y ya después, nos pasaran una hoja con los horarios que vamos a tener, y el tiempo en que no tengamos nada podremos explorar más allá el lugar.

...

Me encuentro leyendo sobre medicina, necesito saber bastante, porque lo más seguro, es que hagamos un estilo de trabajo de campo, y necesito prepararme física y psicológicamente.

De un momento a otro, sentí que abrieron la puerta.

Separe mi vista de aquel libro que tenía en mis manos, y, al hacer eso, me encontré con la persona que, menos me espere, fuera mi compañero.

-¿Guille? –Pregunte dudoso. Porque tal vez sea mi imaginación jugándome una mala pasada.

-¡Samu! –Y se abalanzó sobre mí. Me doy cuenta que mi cerebro no me está jugando nada –Que felicidad que nos haya tocado juntos.

-Sii –Le sonreí.

...

Puse la olla con agua sobre la estufa. Cuando empezó a hervir le eche un poco de sal y, después quebré las pastas y las eche a la olla. Empecé a revolver las pastas con el tenedor, para que no me vayan a quedar todas pegadas.

Después de un buen rato revolviendo, probé un poco y están en su punto. Apague el fogón y baje la olla de este.

Empecé a emplatar. Cogí la salsa y se la eche por encima, al igual que un poco de queso parmesano.

La comida esta lista. Solo falta algo, ¿Qué se puede beber con ellos? Un jugo sería algo raro, y gaseosa también.

¿Aquí habrá vino? Dicen que sabe muy bueno el vino con spaghetti, nunca lo he ensayado, pero debe ser bueno.

Empecé a buscar por toda la cocina. No he encontrado nada, y tiene un poco de lógica, pero aun así, seguí buscando. Solo me falta una de las gavetas por revisar, si ahí no hay nada, pues serviré gaseosa.

Abrí la gaveta y nada. Cereales, condimentos, lo típico. Ya iba a cerrar aquella gaveta, pero vi algo que llamo mi atención. Un corcho. Estaba tocando casi la parte de arriba de la madera. Me empine y vi aquella botella. La cogí, limpie el polvo que tenía y la puse sobre la mesa. También puse dos copas.

Los spaghetti estaban soltando un delicioso aroma que invadía mis fosas nasales. Decidí que ya es hora de llevarlas a la mesa.

-La comida esta lista –Dije llevando los platos a la mesa.

Guille seguía dormido así que, después de poner los platos en la mesa, me acerque a él y lo removí suavemente.

Después de un rato de estarlo llamando despertó y se sentó conmigo a la mesa.

Destape la botella de vino y serví las dos copas. Guille miro el plato y la copa con vino, y me sonrió.

-Huele delicioso.

Cogió los cubiertos y empezó a comer.

-Ostras –Dijo asombrado después de darle el primer bocado a su comida –Esta comida está muy deliciosa –Y tomo un poco de su vino.

-Chefgetta me llaman –Dije en broma –Y esta es la especialidad de la casa: Spaghetti.

-Pero enserio, sí que están muy buenos.

Enrollo algunos spaghetti en su tenedor y los llevo a su boca. Empezó a masticar y saborear su comida.

Se ve tan tierno. Siempre me quedo embobado mirando esa carita tan hermosa, que dan ganas de siempre mirar esos hermosos ojitos, de cogerle los cachetes y apretarlos, y de besar esos labios tan tentadores.

-¿No vas a comer? –Dijo sacándome de mis pensamientos.

-No, ya no quiero más –Dije separando el plato de mi –Si quieres más, te los puedes comer.

-Gracias.

Recibió mi plato. Lo arrastro hasta que quedara en frente de él y siguió comiendo.

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Hola Lectores Fantasma y que se Manifiestan :3

:3

Espero que les guste haya gustado un montón

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Nos Leemos Luego

Algunos Creen y Otros No || Wigetta || Temp. 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora