Capítulo 3

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Los rayos del sol se colaron por la ventana de Mark, se levantó para preparar algo de desayuno. Salió de su cuarto encontrándose con un olor delicioso, era el desayuno que estaba sobre la mesita con una nota en ella.

"Mark tengo que revisar algunos papeles de la universidad y debía ponerme al corriente de las clases que falte, así que me adelanto. Disfruta de tu desayuno ^^

BB"

-Eres muy tierno Bami –sonrió al terminar de leer- y además cocinas muy bien –comentó al probar un bocado del dedicado platillo-

Mientras Mark comía y se arreglaba para ir a estudiar, Bam se encontraba en el centro comercial. Se suponía que a esa hora nada estaba abierto, pero cuando le contó a su amigo fashionista que quería cambiar su forma de vestir hizo que abrieran las tiendas de sus conocidos para ellos.

-Bami, al fin me vas a hacer caso –atacó al pequeño con un fuerte abrazo-

-Gracias por ayudarme, Key hyung –correspondió el abrazo con alegría- te extrañé...

-De nada pequeño, yo también te extrañé –pellizco sus mejillas- sé que debes estar triste por todo lo que paso –le limpió algunas lágrimas traicioneras- pero ahora debes hacer lo que realmente quieres, tu padre ya no va a decidir más por ti porque es un idiota que no sabe lo mucho que vales Bam –el pelirrojo asintió- eres inteligente, hermoso y tienes muchos talentos –lo animó- además debes cumplir tu promesa...

-Esta vez sí lo haré –afirmó contento-

-Me encanta que estés con esas ganas –lo miró fijamente- pero hay algo más, ¿verdad?

-Bueno... puede ser –se sonrojó un poco- aunque yo solo quiero ayudarlo y vistiendo así no lo lograré.

-Sea lo que sea me lo tendrás que contar –sujetó su brazo- vayamos a cambiar todo tu ropero, luego a deshacernos de esos lentes –hizo una mueca extraña-

-Aquí tienes –le dio su estuche con sus lentes de contacto- siempre los tuve –sonrieron antes de que Bam sea arrastrado a cuánto lugar estuviera abierto- Key hyung, no tengo mucho para gastar.

-No te preocupes, Jjong y yo te regalaremos la ropa y zapatos –Bam negó rápido- pequeño eres casi como nuestro hijo –le desordenó el cabello cariñosamente- no te dejaremos de mimar aunque estemos en Japón.

-Gracias Key umma –lo abrazo para esconder sus lágrimas-

-Es lo menos que podemos hacer, así que comencemos –su mirada se enfocó en su primera víctima, o tienda en este caso-

Recorrieron varios lugares antes de que Key escogiera por lo menos 30 cambios de ropa y zapatos para su lindo hijo. Durante las compras BamBam le contó a su umma sobre Mark. Key lo adoraba por permitirle a su Bami que se aloje en su casa, pero que su bebé estuviera enamorado y el chico rubio esté interesado en otro hacía que su sangre hirviera.

-Ya no quiero que me sigan evitando y que Mark niegue ser mi amigo –susurro triste-

-Bebé –pellizco sus mejillas- por mucho tiempo fuiste tratado injustamente, no quiero que te traten nunca más así. Jura que no vas a permitir que te duelan sus tontos comentarios.

-Lo juro Key umma –aceptó levantando su mano derecha-

-Mucho menos ahora con todo tu cambio –hizo un gesto de aprobación- resalta aún más tu hermoso ser.

-Umma me estás avergonzando – se ruborizó un poco-

-Para eso estamos las madres -dijo firme-

Simplemente, te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora