Cap 11: Caballero 2

1.2K 72 9
                                    

NARRA UKY

No he podido sacar a Kotori de mi cabeza, el simple hecho de que me guste mi amiga de la infancia, de toda la vida, me hace sentir mal, es como una hermana para mi, pero aún así la veo de esa forma, ella es hermosa y claro que no sólo eso, es sólo que ella... Me hace sentir tranquilo, de cierta manera.

Suspire. — Ah, ¿Esos son suspiros de enamorado? — Fue la voz de Elick, que luego se abalanzó a mi, pasando su brazo por mis hombros. — ¿Que tiene el chico indecente?

— Es sólo que... Creo que estoy enamorado. — Confesé sintiendo mis mejillas arder.

— ¿Y cual es el problema? — Pregunto él confundido.

— Tu lo tienes fácil porque es Nozomi... — Me encogí de hombros. — En cambio yo...

— ¿Es Kotori, no? — Sentí el pánico en mi. — Eres tan obvio

Ambos estábamos en los pasillos, como siempre siendo observados por las chicas a nuestro alrededor como si fuéramos de la realeza, era un descanso entre las clases así que había más estudiantes de lo habitual entre nosotros. — El problema es que es Kotori, Kotori mi mejor amiga de toda la vida, Kotori la que siempre ha estado para mi. — Dije algo irritado.

— Bueno, tal vez no es la gran cosa. — Voltee a verlo. — Tal vez estás confundido, ya sabes con esto de nuestro cambio de sexo y eso.

Eso era un buen punto. — Pero ¿Y si no lo es? — Dije.

— Lo sabrás en el momento en el que te duela verla feliz con alguien más. — Respondió el rubio.

— Pero ¿Y si ella quiere a alguien más? — Él arqueo una ceja — ¿No es mejor dejarlo así como está?

— Esa es tu decisión, chico indecente. — Respondió Elick. — No me puedo meter a tu cabeza y hacer que pienses como yo, en cambio sólo te puedo ayudar a que encuentres esas respuestas que aún no tienes.

— Tienes razón

Él sonrió. — Aunque me preocupo — Comento él — ¿Que clase de cosas querrás hacerle a la pobre de Kotori? — ¿Que clase de cosas?

Mi mente se nublo, senti mi cara roja y con ganas de vomitar, sólo escuche a Elick gritandome preocupado.

Kotori es amable con los demás, es de esas chicas que no dicen lo que piensan y van con la corriente, aunque si me preocupo su decisión de irse al extranjero a estudiar, en ese momento no supe que hacer, fue ella quien me lo confío a mi antes que a Honky, en ese entonces Honoka, pero ¿Por que a mi? En ese entonces estoy seguro de no sentir nada por Kotori.

Pero sentía una enorme impotencia en todo mi ser.

Porque sabía que la única persona que la haría cambiar de parecer sería Honky.

Sentí una luz abrumadora cegarme al momento de abrir lentamente mis ojos. — ¿Te encuentras bien, Uky-Kun? — Voltee y la vi alli sentada a mi lado.

A mi lado y sosteniendome la mano. — ¿Ko-Kotori?

— No te preocupes, estamos en la enfermería, al parecer te desmayaste cuando hablabas con Elick-Kun. — Me notificó ella tranquilamente. — La enferma dijo que al parecer era por temperatura

— Ya veo. — Sabía que no era por eso, era por mi falta de resistencia mental ante las cosas indecentes — ¿Las clases acabaron?

— Si, hoy no había práctica y les pedí a las chicas del Club de Arquería permiso para ausentarte. — Ella me sonrió.

Era tan amable. — Muchas gracias, Kotori.

— ¿Tienes fuerzas para regresar caminando o prefieres descansar otro poco? — Pregunto ella. — No importa cual tomes, estaré contigo.

Ella era tan hermosa. — Me siento mucho mejor ahora. — Dije y me senté en el cama. — Ah, mi maletín. — Ella lo alzó con una sonrisa. — Piensas en todo.

— Uky-Kun es bueno dando lo mejor de sí, pero no a tomarse las cosas con calma. — Comento ella. — Regresemos a casa, Uky-Kun

Ella me trae calma y hace que todo sea más ligero.

Salimos de la escuela y caminamos por el camino de siempre, uno al lado del otro, hay gente a nuestro alrededor. — Mira, Uky-Kun — Voltee a ver a dónde apuntaba y vi a un heladero. — Es el viejo Yuki. — El viejo Yuki era un hombre heladero que con su carrito paseaba por la ciudad, cuando éramos pequeños acostumbrabamos a comprarle siempre helado ya que el favorito de Kotori era el de frambuesa.

— ¿Quieres uno de frambuesa? — Ella se sorprendió. — Hace mucho que no comemos uno.

— ¿Como recordaste que es mi favorito?

— Fácil, porque es tu favorito, Kotori, esa clase de cosas no se olvidan, aunque creo que a Honky le llevaría una hora adivinarlo. — Ella río. — Ademas es temprano, podemos ir a los viejos columpios.

No era como si quisiera conquistarla, ni siquiera tenía idea de cómo se hacía eso, era como siempre nos comportábamos, además se lo debía por haberme cuidado en mi estado inconsciente.

Fuimos con el viejo Yuki y pedimos lo que queríamos, yo solo queria una paleta de helado mientras que Kotori prefiero un cono, pagamos lo correspondiente y nos dirigimos por la ruta rápida a los viejos columpios.

Nos sentimos allí, era un viejo parque algo descuidado, habían algunos niños, algunos solos y otros con sus madres. — Se siente algo raro ya no ser niño. — Comento ella. — Recuerdo que Honky-Kun siempre nos hacía hacer locuras.

— Si, como la vez en que nos subimos a un árbol a ver la puesta del sol. — Reí. — Esa vez a ambos se nos cayó un diente de leche.

— La mamá de Honky-Kun lo regaño con una semana sin poder comer dulces. — Ella río. — Es nostálgico.

— Si. — Respondí mientras me comía mi paleta. — Ahora ya estamos en M's y nos falta un año para graduarnos.

— Aunque quien sabe si Honky-Kun lo logré. — Comento ella. — No es la persona más estudiosa que digamos.

— Lo obligaremos. — Respondí — Él nos ha hecho hacer muchas cosas, al menos en eso lo forzaremos. — Ella río.

Luego platicamos de otras cosas, algunos más simples que otros hasta que pronto anochecio y tuvimos que dejar los viejos columpios e irnos a casa.

— ¿Quieres, Uky-Kun? — Pregunto ella ofreciéndome una cucharada de helado.

Agache mi cabeza y lo pobre, ahora que me doy cuenta, está cuchara la uso Kotori.

Sentía mis mejillas arder y por alguna razón las de Kotori también estaban sonrojadas. — Esta rico, ya veo porque es tu favorito. — Conteste algo tímido.

— Si, bueno, tu siempre pruebas el de moras azules. — Ella río.

Sentía mi corazón palpitar.

Estar al lado de Kotori me traía felicidad, tranquilidad y mucho más.

No sabía cómo lidiar con estos nuevos sentimientos.

Pero de algo estaba seguro.

Que yo no quería perderla.

 

CONTINÚARA...

Amor Por Accidente (LOVE LIVE)(GENDER BENDER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora