4 Corregido

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Si esto estaba feo, de seguro se iba a poner peor, el engranaje de inseguridad giraría dando motivos de existir a los guardianes y sicarios, el miedo atacaría la cordura de los más civilizados y buscarían la protección de guardaespaldas o desinhibirse con el uso de sustancias comercializadas por las bandas de narcóticos para poder vivir en las calles sin temor. Tal vez me estaba volviendo conspiranoico. Pero tenia la certeza de que no estaba muy alejado de la idea real.

Veinticinco minutos conduciendo hacia la boca del lobo. Esperaba la llamada de Laura. Tenía que despejar dudas.

Había llegado al mercado de cráneos, un enorme cartel oxidado daba la bienvenida al gran centro comercial Holystone Mall. Según la wikibrain, la enciclopedia informática con la que todos los artefactos inteligentes trabajaban como base universal de datos, en su tiempo, hace más de cincuenta años, poseía un gran índice de concurrencia, más de treinta culturas convergían y comercializaban sus productos culturales y afines.

Hoy tambien era el centro de convergencia, pero de vándalos, traficantes y sicarios. La estructura se encontraba corroída, con sus ventanales de cristal resquebrajado, puertas de antiguos locales arrancadas de cuajo, graffitis obsenos por doquier, la cúpula de la mole consumida se encontraba minada de huecos.

Acercándome a la entrada principal dos sujetos bien parecidos vinieron a darme una cálida bienvenida.

    —¡Oye tú! —dijo el tipo con cara de perro sarnoso, ojos cansados y olor a alcohol barato que podía sentir a más de diez metros—, ¡Cara de renacuajo! Mejor que te alejes antes que te convierta en colador, este no es lugar para luz claritas.

Mientras se acercaba quitaba el seguro de lo que parecía un fusil de antigua era, salivó agresivamente el suelo. El compañero iba junto a él jugando con un cuchillo de filo largo como el de tres cuchillos de cocina juntos y la terminación en punta curva.

    —O puedes quedarte aquí con nosotros como nuestra perra —dijo dulcemente el gorila de dos metros que acompañaba a perro sarnoso mientras ondeaba el largo filo.

No me inmuté, aunque la vejiga me estaba pidiendo evacuar su contenido y los recuerdos de advertencia mencionadas por Fantasma hacían eco en mi mente.

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