Capítulo 2

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Capítulo 2 - Idiota

Hace unos meses...

Bajé las escaleras de la torre de Ravenclaw y, cuando apenas quedaban unos escalones para llegar al suelo...

— ¡Auch! —dije mientras frotaba mi rodilla adolorida. Sip, acababa de caerme en medio del corredor, y para colmo todo el mundo estaba mirándome. Espera, ¿estaban mirando hacia mi trasero? Miré adonde lo hacía el resto del universo y abrí mucho los ojos sorprendida; me había caído encima de Pedro Finch, el chico más guapo de todo Hogwarts a mi parecer. Estaba sentada sobre él. Sentada. Sobre. Su. Abdomen.

Me levanté rápidamente y me arrodillé para tomarle el pulso. ¿Seguía vivo? Mierda, ¡no le notaba el pulso! ¡Acababa de matar a alguien!

—Oye, pelirroja, primero te caes encima de mí y ahora intentas arrancarme el brazo, ¿qué te hice yo? —dijo él confundido.

— Espera, ¡t-tú estabas muerto hace un segundo! Te tomé el pulso y...

— Me tomaste el pulso en el hombro. Es normal que no sintieras nada.

Y entonces recordé que yo no sabía cómo tomarle el pulso a alguien.

— Oh, por Merlín, lo siento muchísimo, no me di cuenta de que estabas ahí y yo me caí, y claro, no es como si lo hubiera hecho aposta, pero aún así... — comencé a divagar, es algo que hacía mucho cuando estaba nerviosa.

Pedro se levantó lentamente mientras soltaba un par de improperios; creí que le había hecho daño en serio, así que me ofrecí a acompañarlo a la enfermería (oferta que, por cierto, rechazó no muy amablemente).

Empecé a recoger mis apuntes de Pociones y Adivinación, que se habían esparcido por el suelo cuando me había caído, y, sorprendentemente, Pedro se arrodilló a mi lado para ayudarme. Nuestros dedos se rozaron un instante cuando él me entregó unos folios llenos de anotaciones sobre los astros y las constelaciones para Adivinación, sentí un hormigueo en el punto en el que sus dedos habían tocado mi piel y miré hacía mi mano.

—Gracias.— murmuré sonrojada y me apresuré a levantarme a toda prisa para seguidamente salir huyendo de ahí como cobarde que era.

En la actualidad...

Lo miré a través del gentío, recordando el momento en el que nos habíamos conocido, y suspiré; ¿por qué me odiaba? Vale, me había caído encima de él y luego había salido corriendo, pero no encontraba ese un motivo suficiente para amargar la existencia de una persona.

Él se veía tan guapo con el uniforme... pero jamás se fijaría en una chica como yo. Al menos, no de "ese" modo. Solo había que mirarlo para saber que yo, _____(t/n) Summers, no era su tipo. Pedro se rodeaba de chicas rubias, con muchas curvas y un cuerpo perfecto; y yo... bueno, creo que era un dibujo en dos dimensiones de lo plana.

La magia del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora