Al fin había llegado el día dónde podían verlo después de aquel "incidente" se sentía bastante nerviosa, esperaba que todo saliera bien ya que en el fondo de su corazón lo amaba demasiado.
-estas lista Hinamori -pregunto su rubia amiga
-¡si! -se dio vuelta para salir por la puerta donde matsumoto la miraba sorprendida pero al poco tiempo le dedico una sonrisa
-realmente vas a ser la sensación de momento -la apoyo caminando hacia donde se encontraba para terminar de arreglar ciertos toques
Matsumoto la hizo recorrer cada una de las tiendas que había en el lugar hasta realmente poder encontrar algo que le gustará, realmente ella hubiera estado conforme con escoger el kimono en la primera tienda que entrará pero por lo visto la rubia no pensó lo mismo.
Tenía un hermoso kimono de color negro con unas decoraciones de mariposas de colores eléctricos además de un lazo de color morado.
-gracias
-ni lo menciones -se callaron cuando se escucho unos pequeños golpes en la puerta, Hinamori sintió como sus latidos se aceleraba- vamos
La empujó hasta la puerta donde Hinamori tomó aire antes de abrir encontrándose con hitsugaya que no tardo en voltear a verla y mirarla de pies a cabeza a lo cual la chica melocoton no pudo evitar que sus mejillas se tijeras de rojo. El albino dio la vuelta y comenzó a caminar dejándola confundida.
-vamos
-¡s-si! -respondió
Se apuro para comenzar a caminar al lado del albino que solamente tenía su vista fijada en el caminó, tal vez hizo algo mal o si no le gusta el kimono.
-shiro-chan -trato de llamarlo tranquilamente a lo cual el digiere su vista hacia ella- esto pasó...
-te ves hermosa Hinamori -le interrumpió logrando que el corazón de la teniente se acelerará- ven
Hitsugaya alzo la mano a lo cual no dudo en aceptar, la mano de el era grande a diferencia de la suya es como si encajaban perfectamente que fueran hechas el uno para el otro, se sintió enormemente feliz.
A su lado se sentía como la persona más fuerte de todas.
No tardaron mucho en llegar a lo cual no pudo evitar mirar como se encuentra de hermoso el lugar todo está bellamente iluminado, se escucha risas en todo el lugar, una que otra familia o amigos que iban comiendo, daba bastante paz estar así sin la necesidad de estar peliando por sus vidas simplemente como si fueran seres humanos común y corrientes, lo cual era totalmente lo contrario pero todos disfrutamos del momento.
-¡que hermoso! -grito con sumo entusiasmo a lo cual su acompañante no pudo evitar dedicarle una tierna sonrisa
-si - respondió de una forma más calmada
-vamos que no tenemos toda la noche -Hinamori lo arrastró a casi todos los juegos donde siempre alguno de los dos ganaba la mayoría el albino
Caminando mientras Hinamori comía un algodón de azúcar tranquilamente en un cálido ambiente.
Hitsugaya habia notado bastante que después de lo ocurrido la primera vez con aizen, como aquella alegría que caracteriza Hinamori se iba apagando como si estuviera perdida en un gran laberinto sin salida o mejor dicho como una vela al acabarse, pero aún así...lo dejo de lado como si nada pasara, estaba más preocupado por derrotar a aizen que en ayudarla, quería hacerse lo suficientemente fuerte para protegerla.
Pero en este momento le daba alegría ver cómo los ojos de aquella teniente mostraba un gran brillo de felicidad, sin ningún rasgo del sufrimiento con el que cargaba antes, quería proteger más que todo su sonrisa. Fue en ese momento que me di de cuenta que cometí un error.