9.- Herido del corazón

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-Kaede que es eso- Observo de reojo el equipaje que Kaede metía a su habitación.

-El señor Inuyasha me pidió que pasara sus cosas a tu habitación mi niña- Sonrió acaso por fin se había quitado la venda de los ojos.

-¡Que!- Apretó el puño ese Inuyasha...salio de la habitación tomándose el vestido de los lados corriendo hasta el despacho...-¡Mas vale saques tus cosas de mi cuarto! No pienso dormir contigo- Se sorprendió cuando vio a un hombre de cabello negro corto saco y pantalones negros las mejillas se le encendieron de la vergüenza.

-Señor Naraku esta es mí querida esposita Kagome- Le apunto con el dedo tratando de no carcajearse por el sonrojo de la joven.

-Mucho gusto señora Kagome- Se acerco besándole la mano que lastima que Inuyasha no hubiera aceptado su propuesta de asociación a base de una noche con su mujer.

Quito su mano agachando la cabeza ya se las pagaría Inuyasha, levanto el rostro topándose con los ojos cafés que le causaron una sensación horrible en el corazón ese hombre tenia una mirada maligna.

-Un placer- Hizo una pequeña reverencia le sonrió a su esposo falsamente cuando se disponía a salir de la habitación Inuyasha la tomo de la mano obligándola a quedarse.

-Por favor querida toma asiento- La condujo hasta su lado obligándola a sentarse en su silla, esta era una oportunidad única para burlarse de Kagome parte de su pequeña venganza por fingirle amor.

-Pero...-Sonrió nuevamente Inuyasha se las pagaría, empezaron hablar sobre negocios cosas que ella ni siquiera comprendía bostezo atrayendo la vista de Naraku sus mejillas se pusieron rosadas agacho la vista que grosera había sido.

-Fue un placer conocerla señora- Beso su mano, le sonrió a Inuyasha tomando su sombrero para salir del despacho guiado por Kaede.

Suspiro dejando caer la cabeza en la silla no sabia cuanto tiempo había estado escuchándolos pero había sido la mas aburrida conversación de toda su vida Inuyasha era un niño infantil que solo buscaba vengarse.

-Te divertiste- Se acerco a la silla levantándola como si fuera una muñeca para sentarse y ponerla en sus piernas.

-Eres de lo peor- Lo miro de reojo sonrojada seria mas fácil si no fuera tan coqueto se mordió los labios evitando verlo sabia que caería en sus garras y no quería eso, la ultima vez fue muy brusco, se acomodo entre sus piernas recostando la cabeza en el pecho que tenia un olor agradable.

Inuyasha parpadeo varias veces confundido ¿Lo odiaba o no?, no caería en su juego esa mujer de inocente no tenia ni un pelo se levanto tirándola al piso no le perdonaría que hubiese jugado con sus sentimientos, la miro con soberbia desde arriba.

Apretó los puños molesta ese tonto, se levanto acomodándose el vestido...-Eres tan poco caballeroso eres un brusco- dio pasos lentos hasta la puerta.

-¿A donde vas?- Sonrió como de costumbre con esa peculiar arrogancia pero es que tenia el ego herido, el orgullo y eso nadie lo había hecho solo Kagome pudo herirlo.

-Que te importa- Le saco la lengua como si fuera una niña pequeña volteándose para abrir la puerta, que se cerro al instante por la mano apoyada de Inuyasha.

-Te he dicho que no me hables así Kagome, a este ritmo terminare buscándome a alguien mas amable- noto sus labios apretados temblando le había dolido su comentario dio en el clavo.

-Por que no te regresas con Kikyo ¡INFIEL!- Le aventó la mano abriendo la puerta para azotársela en las narices ese idiota, apretó los puños con que se buscaría a alguien "cariñosa".

Inuyasha : Matrimonio Sin Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora