Capitulo 3

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Jungkook lloro por un largo tiempo, Jimin le dio su espacio, sentía unas enormes ganas de abrazarlo, se veía tan frágil, tan destrozado, pero aun se conocían muy poco quizás para Jungkook sería algo muy extraño si Jimin lo abrazara y por eso se contuvo.

-Lo siento...-hablo al fin Jungkook.- Por estar llorando...

-No tienes porque sentirlo, dime ¿tienes hambre?

Jungkook agradeció que Jimin no insistiera mas sobre el tema, quizás quería hacerlo pero estaba feliz de que la conversación de eso terminara ahí.

-Si.- respondió tímidamente.

-Te llevare a un lugar donde preparan comida deliciosa.-Jimin sonrió, encendió el auto y lo puso en marcha.- La cocinera es la mejor.- sonrió orgulloso.

Jungkook se sentía bien, aun sentía dolor, eso era algo que mágicamente no desaparecería pero se sentí tan bien en compañía de Jimin, era un chico tan agradable.

Al llegar Jimin siguió siendo muy atento con Jungkook, volvió a pasar su brazo por su cintura para ayudarlo a darse soporte.

-Jiminie.- se acerco una señora a saludarlo muy afectuosamente.

-Madre.-le correspondió el abrazo y beso su frente.- Mira, traje un invitado especial, su nombre es Jungkook.

Jungkook se sonrojó al oír la palabra especial, Jimin realmente era tan lindo, tan amable y atento, era extraño para él, un sentimiento tan nuevo que le encantaba.

-Oh! Entonces me luciré con su comida, un gusto tenerte aquí Jungkook.

La señora le regalo una sonrisa igual de encantadora que su hijo y salió rápidamente y emocionada hacia la cocina.

-Tu madre es muy linda.

-Lo sé, y espera a que pruebes su comida, querrás regresar aquí siempre.

-Seguro que si.- sonrió.

-¿Te sientes mejor?

-Aun duele un poco, pero estoy bien, muero de hambre, muchas gracias por invitarme.

-De nada Jungkook.

Después de unos pocos minutos apareció la madre de Jimin llenando de comida la mesa, todo olía y se veía delicioso y apostaba a que el sabor era igual de bueno.

Pasaron una mañana agradable y al finalizar su comida se despidieron de la madre de Jimin.

Este se ofreció a llevarlo a recoger a su pequeña hija y después hasta su casa, Jungkook le agradeció por aquello.

***

Estacionando el auto frente a la casa de su vecino este se bajo rápidamente para ayudar a Jungkook como lo había hecho durante toda su compañía.

-Muchas gracias por ser tan amable Jimin, apenas nos conocemos y ya has hecho demasiado.-dijo un poco avergonzado de ya haber fastidiado a su nuevo vecino.

-No te preocupes Jungkook.-miro a la pequeña.- ¿me dejarías hablar un momento con tu padre pequeñita?

La pequeña miro a su padre y este le mostro una sonrisa y asintió, la pequeña se adentro a la casa.

-Tenemos una plática pendiente Jungkook. Puedes confiar en mí, yo te ayudare.

-No voy a dejarlo.- respondió serio y algo triste.

-¿Te gusta vivir asi?

-No.

-Entonces, ¿lo amas?

-No.

Jimin se sintió extraño, ¿porque le alegraba que Jungkook no amara más a su esposo?

Sin dudas su vecino lo había enganchado rápidamente y no dejaría que Jungkook sufriera más, lo liberaría de esa bestia que tenía como esposo y él lo haría feliz, todo a su tiempo pero lo haría el hombre más feliz.


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