Llegue un sábado por la noche a amenizar una reunión, como es costumbre, tome mi piano y sin interrumpir lo recargue en la pared. Sin hacer ruido, decidí salirme para no interrumpir. Afuera todo parecía normal, el sol estaba en el mismo lugar, la brisa golpeaba mi cara de una manera tan sutil que apenas se percibía, las nubes adornaban el cielo con tal sencillez que parecía que no era un día especial... y entonces apareció.
Con sus bellos rizos que caían por su cabello, sus ojos tan grandes que podías ver la inquietud de su alma en ellos, con su sonrisa de siempre. Tan sincera como siempre. Su nombre es Gabriela, la chica que en secundaria me volvía loco. Con la que pase los mejores recreos de mi vida, a quien escribía cartas de amor en papel de cuaderno. La que hacía que anhelara el salir rápido para ir a darle un abrazo.
La chica que me había robado mil suspiros y la que me dijo que: "un suspiro es un beso guardado que jamás se da". La chica a la que le di mi primer beso de amor, y le entregue mi corazón a manos llenas. La chica que cambio mi forma de querer, que me dio motivos para con ella aprender, que si nos dejaban o no, seriamos felices. La que me enseñó que podíamos amar de pequeños, la que un día en las escaleras me tomo de la mano y me dijo "Mi amor, todo va a estar bien. Confía en mí" palabras que al mismo tiempo que emanaban de sus labios, se grababan en mi corazón. La misma niña de ojos bonitos de secundaria, salió por la puerta del lugar donde me presentaría a tocar.
Yo me puse medio helado y de pronto mi corazón comenzó a palpitar cada vez más rápido.Comience a sudar, y no podía ordenar mis pensamientos. Mi cara volteo a ver esos grandes ojos y sonrío. Un simple: -Hola Alan. Hizo que me derritiera por completo al tener la presencia de la misma niña que hacía que buscará salir rápido de clases para un abrazo.
Cuando ella entró mis amigos preguntaban que quién era. Yo solo respondí: -Una vieja amiga de la escuela.
Aunque dentro de mi, mi corazón y mi alma se morían por decir quién era ella, entonces solo susurro mi corazón:
-Si Gabriela, mi primer amor.Es difícil entender como desde pequeño vas trazando tu propio destino. Como cuando actúas inconscientemente y la vida, con tus actos, va escribiendo con detalle lo qué pasará. No sabes el día ni la hora donde la vida te hará una jugada. Es como un camino en el que vas plantando semillas, semillas que son decisiones y se riegan con tu comportamiento en la vida, pero no sabes cuándo dará fruto y de un momento a otro, de la nada, sale un inmenso árbol con sombra y buenos frutos.
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Vino, piano y Gabriela.
RomansExisten muchos relatos de amor, historias entrelazadas una con otra. Está noche hasta hoy fue la última en la que el sentimiento sobresalió. Entre un piano, viejas canciones, una copa de vino y un reloj mental que nos hace recordar, se escribió esta...