3.

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Ahogarse en alcohol era una de las salidas que tenían, aunque nunca terminara de la mejor manera.
Pero a este punto, ¿qué podía ser peor?

Estaban cansados mental y físicamente, querían acabar con todo pero no soportaban estar separados. No podían perderse, no serían capaces de vivir así.

A veces pensaban en lo hijo de puta que era el destino, ¿por qué emparejaba a unas personas que no debían haber estado juntas ni en un millón de años?, ¿por qué a la vida le gustaba verlos destrozados? ¿Qué habían hecho para merecer todo ese sufrimiento?

TaeHyung había intentado irse de ahí varias veces, pero JungKook siempre lo detenía y él, como el imbécil enamorado que era, se quedaba a su lado.
No soportaban ver las lágrimas del otro siendo derramadas junto a la sangre que brotaba gracias a las heridas que ellos mismos provocaban.
Pero esas heridas cicatrizan y sanan, aunque a veces no se dieran el tiempo de dejarlas curarse.
El problema es que estaban destruídos en el interior, de esas heridas que jamás cierran, que no dejan de sangrar y doler ante cada pequeño traspié.

Para escapar de aquel dolor que los consumía daban paseos nocturnos por separado, caminando sin rumbo, perdiéndose entre la oscuridad y silencio de la ciudad.
De vez en cuando estaban tan sofocados por la pena que se dejaban caer al suelo y el llanto escapaba de sus ojos, empapando sus mejillas como cataratas sin ningún límite ni forma de detenerse. No lo comprendían, pero adoraban estar juntos, amaban esa amarga compañía.

TaeHyung era el más débil y lo sabía, pero no le importaba. Para él JungKook siempre sería su héroe, aquel chico de brillante y dulce sonrisa inocente que lo ayudaba y protegía de cada cosa. Qué prefería verse caer él solo que hacerlo junto a TaeHyung, su bebé, su príncipe, su pedacito de cielo.

TaeHyung lo sabía, los ángeles a veces tienen sus pensamientos malvados aunque tal vez JungKook llevaba aquello a otros niveles.
¿Pero qué podía hacer él? Solo amarlo tal cual era, tal cual había cambiado.


¡Recoge tus malditas maletas y vuelve aquí!

¡Ya ríndete, JeongGuk!

No tenían a nadie, ambos estaban contaminados y necesitaban al otro para mantenerse en pie.
Pero quizás aquello ya no debía ser más, solo debían dejarse caer y no levantarse otra vez.

It's alright. ; KookV.Where stories live. Discover now