9 ~Estrellas.

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9 ~Estrellas.


Reese


Corrí la vista de inmediato, sonrojada.

¿Por qué tenía que decir aquello mirándome?

Sabía que estaba hablando del lugar, pero aún así esa repentina palabra había causado un salto en mi corazón.

De repente... había querido que se refiriera a mi... 

Intenté calmarme al tiempo que observaba algunos barcos a lo lejos. Fue entonces que caí en la cuenta de que había pasado toda la tarde junto a Nathan, pues se comenzaba a oscurecer. Logré ver en el horizonte que el sol se escondía, haciendo que el cielo se llenara de hermosos colores.

Nathan se acercó a mi lado en el barandal y observó el paisaje.

-Nathan, ¿Cual es la verdadera razón por la que fuimos a todos estos lugares?

Me volteé a verlo y noté que se había tensado al oír la pregunta.

-No es de tu incumbencia.

-Claro que lo es, después de todo me secuestraste... -reí.

-Nop, en realidad no lo es.

Me harté y tomé la barbilla de Nathan para que me mirara, gesto que lo sorprendió.

-Si lo es. -solté, molesta.

Nathan corrió la cara y miró hacia atrás de mi, incómodo. Suspiré, rindiéndome, pero entonces volvió a hablar.

-Quería compensarte...

Miré sus hipnotizantes ojos pardo y repetí las palabras en mi mente.

-¿Por qué? -pregunté.

-Cuando fuimos al campeonato... tú hiciste una agenda, pero no pudiste ir a ningún lugar debido a la torcedura... 

Pestañeé sin creerlo, ¿él estaba haciendo todo eso por mi?

-No te sorprendas... soy un buen amo, solo estoy llevando a mi mascota por un paseo. 

Sonreí sin poder evitarlo. 

-No fue tu culpa lo que me pasó, Nate... aunque ya cumpliste tu cometido. -respondí, sin ocultar mi repentina felicidad. 

-De todas formas, aun tenemos tiempo -rió, al tiempo que miraba el reloj en su muñeca. -Le dije  a Diane que te mantendría ocupada hasta que terminara la fiesta de hoy. 

-¿Qué? 

-Diane no quiere que vayas, y... yo tampoco. 

Alcé las cejas. 

¿La primera fiesta a la que me invitaban directamente y ellos no querían que fuera?

-¿Por qué no?

-Porque el anfitrión es un idiota. 

-¿No es todo el mundo un idiota a tus ojos, Bennet? -se encogió de hombros. -No puedes mantenerme aquí toda la noche, Nate. -lo reproché, molesta. 

Nate se inclinó hacia mi y sonrió con crueldad.

-Te mantendré conmigo hasta que se acabe si es necesario. Así que tú y yo... tenemos tiempo de sobra. Oh y mejor no planees escapar, con ese pie no llegarás lejos... Andando, Puchi.

Él no espero mi respuesta y comenzó a caminar. Mientras veía la espalda de Nathan alejarse, algo se me vino a la cabeza.

Él estaría conmigo hasta que terminara la fiesta solo para retenerme, entonces él no iría a la fiesta, tampoco. 

El ladrón de mi primer besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora