Era una noche fría de invierno, pronto seria navidad y, pese a ser altas horas de la noche, había una persona en particular que aun transitaba las calles de Ikebukuro, Heiwajima Shizuo, el cual se encontraba de pésimo humor ya que durante los últimos días, en su trabajo las cosas no han ido tan bien como él quisiera. Las personas a las que les iban a cobrar reaccionaban de manera violenta en repetidas ocasiones provocando que el humor del guardaespaldas solo empeorara; Tom-san tuvo que detenerlo en mas de una ocasión antes de que pudiera lesionar a alguien permanentemente. Su jefe al percatare que hoy no habría mejora en el humor de su empleado, decidió mandarlo a descansar el resto del día agregando dos días mas a su descanso esperando así poder tranquilizar a la bestia de Ikebukuro.
El guardaespaldas decidió caminar el resto del día esperando de esa forma poder tranquilizarse un poco lo cual no lo ayudaba mucho. Quería deshacerse de toda su ira y la persona indicada para el servicio no seria otro que Orihara Izaya, el cual llevaba sin aparecerse frente a él más de dos semanas.
Cuando se había dispuesto a volver a su departamento para descansar, un aroma inconfundible lo detuvo. De inmediato se puso en marcha lo mas rápido que pudo hacia la dirección de donde provenía aquel olor. Corrió por un estrecho callejón y al salir, pudo visualizar a su lado derecho al informante.
-Izaya~!-ante la emoción le dedico una mirada cargada de ira, excitación y adrenalina. Quería descargar toda su ira que yacía en él hacia esa persona.
Izaya solo le dedico una mirada de terror y sorpresa las cuales no fueron disimuladas como acostumbraba a hacer; sin embargo, fue un dato ignorado por el rubio.
Shizuo inmediatamente comenzó a caminar hacia el informante, pero este comenzó a correr hacia donde se encontraba él. Shizuo tomo el poste de transito mas próximo y lo lanzo hacia su adversario el cual esquivo con un poco de dificultad. Lo tenia frente suyo y antes de que pudiera atraparlo, este solo paso de él, dejándolo completamente ignorado. El guardaespaldas, ante tal gesto, provoco que le hirviera la sangre. Volteo para así poder seguir al informante y crear una vez mas una de sus tantas persecuciones, pero lo que vio lo dejo paralizado.
Shizuo no comprendía lo que veían sus ojos. Observo a Izaya dándole la espalda con sus manos extendidas hacia los lados en son de protección, al mismo tiempo como era perforado por una lanza metálica de entre 50 a 100 cm perforando el costado izquierdo de Izaya, provocando que esté cayera de rodillas y llevara su mano derecha a la herida. A lo lejos se podían visualizar dos hombres, uno de aproximadamente 50 años y el otro mas joven rondando los treinta.
Izaya volteo para ver a Shizuo el cual le dedicaba al informante una mirada de desconcierto; sin embargo, Izaya solo lo vio con una mirada llena preocupación hacia Shizuo. Izaya tomo gran cantidad de aire y grito:
-¡Corre Shizuo!
Shizuo no podía estar mas desubicado. Izaya me... ¿me esta protegiendo... a mi...? Pensó Shizuo ante lo dicho por Izaya.
El hombre mayor comenzó a reír y fue acercándose poco a poco seguido de su acompañante quedando a pocos centímetros del informante, esté solo le dedico una mirada de odio y desprecio.
-Señor Informante, ¿qué paso con la confianza con la que suele hablar?- el hombre le dedico una mirada como si estuviera viendo a un insecto asqueroso. -Veo que esta partida la gano yo- le sonrió de una manera cínica al mismo tiempo que colocaba la suela de su zapato sobre la cabeza de Izaya provocando que su rostro se estrellara sobre el suelo.
Izaya no pudo reprimir el quejido de dolor.
-Mátalo- ordeno a la persona detrás de él, el cual se fue acercando al informante.
Izaya, esperando lo peor, solo pudo cerrar los ojos fuertemente, pero un terrible dolor provoco que los abriera y emitiera un gemido. Shizuo lo habia tomado y llevado en brazos corriendo hacia la dirección contraria a estos, los cuales solo se quedaron expectantes.
El informante no comprendía el motivo de las acciones del guardaespaldas, pero el que menos las entendía, era el mismísimo Shizuo, ¿por qué corrió? Tenia la suficiente fuerza para enfrentarlos, pero algo dentro de él le pedía a gritos que huyera de esa persona lo mas rápido posible. La otra era ¿por qué había llevado con él al informante?. Solo lo tomo como si de su mochila se tratare sin prestar atención en las heridas de Izaya.
Después de un tiempo de estar corriendo, el guardaespaldas se detuvo al sentirse con la respiración agitada. Miro a Izaya, el cual se encontraba demasiado pálido y haciendo un esfuerzo para sujetarse de Shizuo para no caer durante la carrera del guardaespaldas.
Izaya observo a Shizuo dedicándole una mirada curiosa debido a las acciones del guardaespaldas. Tengo que llevarlo con Shinra, pensó Shizuo al percatare de lo mal que lucia el informante y el esfuerzo que invertía para mantenerse consciente. Corrió en dirección a la casa del medico tomando a Izaya con mas cuidado que el anterior. Durante el camino no intercambiaron palabra alguna.
Al llegar a la casa de su amigo, toco la puerta con gran fuerza para poder despertar al dueño del lugar. Al abrirse la puerta se observo aun medico somnoliento y en pijamas que preguntaba quien tocaba con gran insistencia; sin embargo, al posar su mirada en sus amigos, los invito a pasar indicándole a Shizuo donde tenia que dejar a Izaya para poder tratarlo.
-¿Cuánto lleva así?- pregunto shinra mientras examinaba las heridas de Izaya.
-N-No lo se... media hora posiblemente...- contesto Shizuo con pizca de duda. Desde que se encontró con Izaya, había perdido todo sentido del tiempo.
-Shuzuo, espérame en la sala- ordeno el medico mientras se encerraba en la habitación con Izaya.
Shizuo salio al balcón para acabar lo que le quedaba a su cajetilla de cigarrillos mientras reflexionaba lo sucedido, pero por mas que pensara no lograba entender nada, y Celty no estaba por trabajo, así que no podía consultarlo en ese momento con ella.
El guardaespaldas, al ver a Izaya en tal situación, una sensación se apodero de él, una sensacional similar a...
-Burbujas.
