Capítulo uno.

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El tiene una existencia sencilla. Va al colegio, saca buenas calificaciones, hace a sus padres felices. Va a la iglesia, no se mete en problemas y jamás soñaría con hacer algo que sus padres no aprobaran. En todos lados, Kim Jongin es un buen chico






Son tres pasos, pasando las puertas dobles, entonces seis pasos mas hasta cruzar la gran, sala acústica revestida con bancos de iglesia y vitrales. El lo sabe, los contó. Puede sonar como si él no quisiera estar ahí, pero al contrario. Jongin ama los viernes por la noche de grupo juvenil en su iglesia. También ama la iglesia en domingo, pero el grupo juvenil es mucho más divertido.

Entra, esperando ser el primero en llegar, como de costumbre, pero es sorprendido al ver una figura aglomerando el asiento del hijo del pastor en una de las sillas enfrente, dejando la habitación más abierta.

El hijo del pastor hace esto todos lo viernes. Junta todas las sillas que puede y las acomoda en un círculo en el frente de la habitación, del santuario, como le gusta llamarlo. Dice que eso hace que las cosas se sientan más personales, en vez de sentarse en bancos de iglesia mientras él se pone enfrente del pequeño grupo de adolescentes.

"Oye," Jongin le llama con una sonrisa, estirando su cuello para intentar obtener una mejor vista de la persona que está con el hijo del pastor.

El hombre de pie le da la espalda y camina hacia la parte más alejada de la habitación, va pegado a las paredes, en camino hacia la puerta. Jongin no puede evitar pensar que todo parece muy raro.

"Hola, Kyungsoo," Jongin dice cuando se para enfrente del hombre sentado "¿era ese el nuevo chico del grupo?"

Kyungsoo mira a Jongin con una sonrisa tensa, "Oh el, no. No, él es solo uno de mis amigos, sólo vino aquí para hablarme de algo" Kyungsoo se pone de pie y le da unas palmadas al hombro de Jongin, "le dije que el servicio estaba a punto de iniciar así que por eso salió precipitadamente de aquí."

Jongin asintió, "Oh bien. ¿Entonces soy el único que ha llegado?"

Kyungsoo sonríe, "Tú siempre eres el primero"

El momento de tranquilidad es roto por una voz quejumbrosa, amortiguada por las puertas cerrándose, pero distinguible de todos modos.

"¡Oye! ¿Por qué siempre eres el primero en llegar?" Jongdae reclama, señalando con el dedo a Jongin, "Incluso me fui cinco minutos antes para ganarte" Sus labios hacia afuera como en un mohín, los brazos cruzados mientras toma asiento en una de las sillas del círculo.

"Deja de lloriquear, Dae," Jongin se ríe, tomando asiento junto a su amigo. "Sólo necesitas ser más rápido la próxima vez"

Mas chicos comenzaron a presentase en la habitación y Kyungsoo coloca una mano en cada uno de los hombros del chico, "Dejen de discutir, el servicio está comenzando"

El servicio juvenil, a diferencia del servicio del domingo, es sólo una hora o más dirigida por el hijo del pastor, Kyungsoo. No es más que un par de años mayor que el resto, por lo que es fácil conectarse con los adolescentes. Todas las chicas tienen un crush en él, para su evidente ignorancia, Jongin y Jongdae ruedan los ojos cada vez que escuchan a una de ellas alardeando de lo lindo que es Kyungsoo.

Jongin no es muy diferente de las chicas en la forma en que se siente por Kyungsoo. No esta enamorado, él no piensa que Kyungsoo es lindo, pero él lo mira hacia arriba y lo mantiene en lo alto de su lista de gente a la que quiere parecerse cuando crezca. Kyungsoo es un hombre de Dios. Él es compasivo, amable y honesto y es rápido para ayudar a alguien en necesidad. Jongin sueña que será más como Kyungsoo cuando sea mayor. Una vez le dijo a Kyungsoo eso y él solo se rió, "Puedes ser como yo ahora, Jongin, no tienes que esperar hasta que seas mayor para hacer cosas buenas". Jongin nunca ha olvidado esas palabras y trata todos los días de hacer a Kyungsoo orgulloso.

The Art Of Growing UpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora