Para mi príncipe.

¿Debería darme por vencido?

Todos me dicen que debería hacerlo, que ya no tiene caso seguir luchando por algo que no es mutuo.
Que debería olvidarte, salir con chicos, distraerme; para poder sacarte de todos y cada uno de mis pensamientos.
Pero... yo no sé que pienses en este momento.
Si me extrañas, si por lo menos piensas en mi, o si aún sientes algo por mi.

Deje de mandarte mensajes para no parecer una loca hostigosa.
Deje a un lado muchas cosas, con tal de no molestarte.
Decidí ya no insistirte en que regresaras a mi lado, porque tu respuesta a eso, solamente era un 'No llores, ya tranquila', y la verdad eso solamente me hacía llorar más.
Decidí ya no humillarme más.

Porque eso hice, humillarme por completo.
Porque ahí me tenías; rendida a tus pies.
Rogándote para que regresaras, o simplemente para que me dejaras intentar solucionar las cosas.
Pero después de meditarlo, eso solamente lo haría una mujer que no se valora. Eso solo lo haría una persona que no sabe cuánto vale.
Y yo por más necia o testaruda que sea, no podría hacerlo sola.

Imagina que estamos en un bote, tú decides parar de remar. Pero yo no me detengo, a pesar de que todo se sale de control.
Y con eso me di cuenta que ya no querías remar conmigo. Y así sola no puedo.

Habíamos construido algo muy bonito tú y yo.
Habíamos hechos planes que estábamos a punto o muy cerca de realizar.
Me hiciste promesas, promesas falsas que yo intento disfrazar.
Disfrazándolas de esperanza, porque yo sé que quizá en otro momento, en otra vida u otro espacio... volverás.

Seguramente te preguntarás porque rayos no me doy por vencido de una vez. Y ya sabes la respuesta; yo te amo.

Te amo y sé que así será siempre.

No quiero darme por vencido aún. Siento que cometería el error más grande de mi vida.
Y es que la verdad, no me imagino mi vida sin ti.
Quizá por el tiempo, tantos años enamorada de ti, o quizá me equivoco. Y solo es que tú te has quedado en el lugar más bonito de mi corazón; y sentiría horrible al saber que ya no estás ahí.
Por eso y más cosas que tú sabes, no me quiero rendir.
Y sé que acabo de decir que decidí ya no humillarme más. Y no me estoy humillando, simplemente quiero esperar una señal de tu parte.
Algo que me haga saber que no todo está perdido.
Y si no llega, si jamás recibo esa señal... me daré por vencido.
Tú no te darás cuenta.
Simplemente me esfumaré, seré como un fantasma, ni me notarás y seguramente me olvidarás.

Pero aún así yo quiero esperar un poco más.
Yo te esperare hasta que mi corazón, mi alma y mi mente; no puedan más.

-Con amor, tú loca enamorada.