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Deja de lamentarte y empieza a vivir tu vida, sin límites, sin personas que te digan que pensar y que sentir. La vida es muy corta como para vivir encerrado lamentándose de no estar haciendo lo que amas. Corre, canta, ríe, llora, baila, haz lo que te hace feliz, haz que tu vida valga la pena, al final del día la vida se compone de los momentos que fuiste feliz. Deja de preocuparte por el que dirán y preocúpate por lo que quieres, no dejes que nadie te detenga. La vida es muy corta y no la vas a vivir desde tu sofá. Y cuando menos lo esperes, tendrás dos opciones, morir sabiendo que fuiste feliz y que hiciste todo lo que querías o morir sabiendo que no fuiste feliz y arrepintiéndote de no haber hecho lo que amabas.

Cartas que nunca enviaré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora