Sad Things.

•3•

Qué bonito es verlos sonreír.

Qué satisfacción es saber que cuentas con gente que te quiere, sin ser de tu sangre necesariamente. Es como encontrar esa segunda familia en donde se puede fluir gran cantidad de confianza, comentar tus lamentos, y te hacen sentir mejor. Amigos, se les suele decir.

Pero, ese no es su caso. Ella, tan sola y vacía, pensó tener esa especie de vínculo, cuando en realidad fue una simple ilusión, un simple consuelo de la vida, para endulzar un poco su soledad. Pero ya había llegado su tiempo, su bonito cuento se esfumó. Peleas, peleas y más peleas. Las mentiras salieron a relucir, algunas se quedaron ahí, dando una mala jugada para esa pobre inocente. Ella también fue una causa del esfumo, porque su soledad se comía sus palabras, y nunca sabía qué decir. Su soledad la convirtió aburrida, y también la regresó en ese círculo vicioso del vacío.

Ya ni tenía ningún vínculo especial con nadie en su mente. Y aunque sí los tiene, su vicio la cegó en ese triste pensamiento, y su venda irrompible defiende esa idea. Ya no sabe adónde ir, siente que ya no tiene otro lugar en dónde pueda estar, ya no puede contar con nadie, nadie la quiere tomar en serio.

Su soledad aumenta, y sus intentos de querer regresar esas pequeñas amistades se van por la borda. Ya nadie quiere crear vínculos cercanos con ella, y su círculo vicioso aumenta.

Su soledad era su único recurso. Otro pensamiento que la ciega cada vez más del verdadero significado de la vida: ser feliz.

Se aisla de mundo con cada paso que da, cada vez que termina series, cada vez que intenta ignorar a los que intentan apartar su venda irrompible. Un día toca fondo, y por fin encontró un nuevo vínculo. No es para nada sano, pero su terrible depresión le hace pensar que es su única salvación.

“Mamá... ¿Tienes pastillas para el insomnio?”