Sorrento le enseñó que las apariencias engañan.
.v.v.v.
A Kanon le costó trabajo mantener la expresión indiferente en su rostro.
No era como que los anteriores generales tuvieran un aspecto tan similar entre sí que le diesen una idea relativa de cómo eran los hombres de Poseidón. Aún así, no se hubiera imaginado jamás que un muchacho como aquel sería el quinto marina.
No podía quitarle la mirada de encima, desprendía un aire demasiado diferente a lo que estaba acostumbrado, desde su educada forma de hablar hasta su bonito rostro.
Después de la llegada de Eo, había decidido dejar su lugar en la cima del templo de las escamas para mantenerse al nivel de los demás, cerca de Dégel.
De hecho, estaba a espaldas de él, a un lado de Scylla, Crisaor e Hipocampo, quienes cuchicheaban con cierta emoción respecto al austriaco, o eso era lo que alcanzaba a captar, pues se hallaba absorto en la interacción que mantenían Leviatán y el nuevo marina de Sirena, aunque no escuchaba nada.
En algún momento, la introducción protocolar finalizó y el aguador ofició de mediador entre el novato y los otros generales. Cuando la mirada del serafín estuvo sobre él, Dragón Marino apenas logró balbucear un "hola" que tuvo por respuesta una sutil alza de la ceja del niño. Antes de que tuviera que apartar la vista, los otros tres se ganaron la atención ajena y fue reemplazado como fuente de curiosidad. Pese a su disposición flemática, el novato no tardó mucho en sentirse bienvenido por los otros tres lo suficiente como para sonreír con cortesía.
El de géminis contempló al grupo y se sintió un tanto enajenado; había transcurrido ya un año desde la llegada de Scylla y los tres generales habían creado un fuerte vínculo. No dudaba que ocurriría lo mismo con Sirena y eso solo lo dejaba con dos generales por aparecer.
-Kanon.
Esa era la voz de Dégel. A juzgar por el tono cortante, debía ser la tercera o cuarta vez que lo llamaba. El aludido dejó al niño al cuidado de los otros y se volteó hacia la izquierda para encontrarse con la mirada penetrante y algo consternada del aguador. Antes de que pudiera sacar conclusiones, Dégel le hizo una seña con la cabeza y le pidió a Krishna que escoltase a Sorrento hacia su pilar. El acuariano y el geminiano se marcharon al del atlántico norte y en unos minutos Atlantis regresó a su actividad cotidiana.
- ¿Qué ocurre? ¿El chico nuevo te ha puesto celoso? –
Quien abrió la conversación fue el peliazul haciendo uso de su habitual tono socarrón. Le agradaba tener de nuevo a Leviatán en sus dominios, le recordaba el tiempo que habían estado juntos. Sin embargo, la nostalgia no evitó que se desplomase en el sillón y que mirase desde allí al de cabellos esmeraldas.
- No seas bufón, no se trata de su aspecto.- El de más edad frunció un poco el entrecejo y se acomodó las gafas con un deje señorial que a Kanon nunca iba a cansarle.
- Tarde o temprano tendrías que descubrir que no eres el único rostro agraciado de la Tierra.-
- Kanon, es acerca de lo que él sabe.-
- Pero no te preocupes, es demasiado joven para mí.-
- Sorrento trabaja en la casa de Julián Solo.-
La sonrisa tardó varios segundos en desaparecer de la faz de Dragón Marino. No porque creyese que era una broma, sino porque había sido tan repentino que apenas y había logrado lidiar con el fuerte golpe de información que sobrevino en su cabeza. A decir verdad, se había olvidado completamente de Julián. Su participación en los planes de Kanon era aún tan lejana que lo había desplazado a lo más recóndito de su mente. Sintió que el recelo, la furia y todos sus temores olvidados le apretaban las entrañas cual si fueran una sola mano fantasmal. Despacio se puso de pie y al mismo ritmo su expresión fue cambiando: pasó de la risa a la neutralidad y luego sus cejas se fruncieron en una expresión grave, abrió los ojos profusamente y sus labios formaron una línea apretada.
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Dragón y Mago
RomanceEncerrado en Cabo Sunión, Kanon descubre un acceso a Atlantis y obtiene así una oportunidad para llevar a cabo su venganza; sin embargo, también encuentra un nexo con el pasado: Dégel de Acuario, un caballero de la generación anterior.