Capítulo 3

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Cuando terminó su clase, miré mi horario y vi que me toca matemáticas. Entré y me senté en mi pupitre, esperé a que él entrara, pero nunca lo hizo.

5 minutos más tarde entró el profesor, nos saludó y comenzó a dar su clase. Él nunca llegó, me sentí muy mal la verdad, necesitaba verlo, sé que parezco una acosadora, pero sabes algo?...No me importa.

Minutos más tarde tocó el timbre, y salimos para el recreo, entré a la cafetería con mi mejor amiga, cuando estuve dentro miré para la mesa de populares, lo vi, y mis ojos se aguaron. Ahí estaba él con ella, con Allison, ella estaba sentada en las piernas de él mientras se besaban.

Salí corriendo de ahí, llegué hasta las gradas, puse mi cabeza en el medio de mis piernas y comencé a llorar. Cuando siento que alguien se sienta a mi lado, miro a ver quien es, y era Kate.

-Amiga, siento mucho que hayas visto eso- Me dice ella.

-No pude evitar mirar a su mesa, y cuando miro, me encuentro con eso- Dije llorando más.

-Vamos a la cafetería de nuevo, olvida lo que viste, y nos sentamos a comer, si? - Pregunta ella

-Dale pues, vamos, pero no me pidas que lo olvide- Le respondo yo

-Okay- Es lo único que dice ella.

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Entramos a la cafetería de nuevo, miro hacia su mesa, y ahora ella está sentada al lado de él, ella me ve con cara de ganadora y él solo se ríe. Bajo mi mirada y me siento en la mesa de los "Nerd".

-Amiga, vengo en 10 minutos, voy a buscar nuestra merienda- Me dice Kate.

-Esta bien- Le contesté.

Pasaron 10 minutos y Kate llegó con la merienda de ella y la mia, comenzamos a comer, miro a su mesa, Allison se está acercando para acá, me pongo nerviosa de una vez.

Cuando llegó, se puso delante de mi y me dijo:

-Mosquita muerta, noté que mirabas mucho a mi novio-

--Yo?, yo no miraba a tu novio- Le respondí yo, con mis manos temblando.

-Si, tu misma. Mosca muerta- Me dice ella, mirándome con asco.

-No lo hice- Le digo.

-Mira rara de biblioteca, no discutiré contigo, solo te advierto, deja de mirar a Eder o tendrás problemas conmigo. Entendiste?- Pregunta ella.

Yo solo pude mirarla y asentir, se fue meneando sus caderas, y bajé mi mirada, ya que todos en la cafetería se me quedaron viendo.

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