Esa tarde, habíamos quedado de ir al centro porque Christopher quería comprar una tabla nueva; y yo, quería comprarme una camisa. Él estuvo al menos una hora tratando de escoger una tabla y cuando creía que nos íbamos porque camino hacia mí.
―Nicolás. No me gusta ninguna, podemos ir a otro lugar.
Me salía humo por las orejas. Pero bueno... El próximo lugar donde iríamos estaba justo al lado de la tienda que quería visitar, así que mientras el escogía su famosa tabla (a lo cual yo las veía todas iguales) yo compraba mi camisa.
―Llegamos ―le dije― voy al lado, te busco a lo que termine ―él solo asintió con la cabeza―
Entré a la tienda y era un caos, había llegado un camión de mercadería nueva y la ropa estaba tirada por doquier. Luciana la encargada me miro con una sonrisa en su rostro, como siempre muy amable
―Hola Nico, en que puedo ayudarte ―me pegué un momento en sus hermosos ojos azules y luego respondí con prisa―
―Bueno, necesito una camisa nueva ―ella volvió a sonreír―
―Recién hoy han llegado unas muy bellas. Sígueme.
Debí parecer un tonto en la forma que la miraba, así que comencé a desviar los ojos a cualquier otro lado para distraerme y no mirarla tanto. Me llevo hacia donde estaba la mercancía nueva, me sentía como Chris, mucho que ver y no sabía que escoger. Tarde menos que lo que él había tardado, puesto que no me costó mucho encontrar algo a mi estilo. Algo formal, pero a la vez atrevido, solo yo me entendía. Luciana me pregunto si ya había decidido, y yo respondí. Entonces me dirigía a la caja a pagar, cuando me pregunta.
―¿Qué harás el sábado por la noche?
Pensé un rato, para poder responder con certeza.
―Nada.
No se me podría haber ocurrido una respuesta más completa, que tonto
―¿Te gustaría que saliéramos?
Y entonces quede un poco atónito, puesto que no me lo esperaba
―Si. Me encantaría poder salir contigo.
Después de darme una sonrisa con la que me cautiva. Volvió a preguntar...
―Entonces, a las 8 ¿te parece? ―asentí con una sonrisa―
Necesitaba babero literalmente, entonces tomé mis cosas y salí como flotando en el aire.
Me fui a buscar a Chris, y al encontrarlo por suerte ya había escogido, me preguntó por mi compra, se la mostré y me la arrebató de las manos.
―Es para mí. ―me dijo―
Le negué y me respondió que era un apretado.
―A, ¿tú me has comprado una tabla nueva entonces?
Se quedó pensativo y luego me hablo
―Quédate con tu camisa mejor―
Me la devolvió y le pregunte si nos íbamos, tomo su tabla (que de verdad no tenía nada de especial, mi proveedor tiene mejores equipos para poder surfear) se despidió del atendedor y caminamos hacia mi casa.
Al llegar, nos encerramos en la pieza y comenzamos a planear que haríamos para salir al anochecer. Entonces inventamos un rato y quedamos en ir a dar una vuelta por el centro, luego nos iríamos a la discoteca más cercana, ya que por el camino vimos unos flyers de un show que se daría en aquel club por nombre "Salvavidas" trataba de una cantante naciente de una ciudad continua, que se había trasladado a esta ciudad.
Igualmente, después de esperar la hora de apertura, entramos a la disco, estaba repleta de gente, las luces tenían un color cálido entre verdes, rojos y amarillos eléctricos, la música estaba genial. Poco a poco la gente comenzó a entrar a la pista, parejas de todos tamaños, contexturas y estilos. Me fijé un rato en como bailaba toda esa masa y luego comencé a recorrer el lugar con la mirada. El club tenía un aspecto muy vivo, las paredes estaban pintadas con muchas formas de colores: estrellas, rombos, círculos, puntos, flores, nubes, líneas, etc. Caminé hacia la barra mientras Chris conversaba con una amiga con quien se encontró, pedí una cerveza y mientras me la bebía, prendí un cigarrillo, especulaba a qué hora sería el show de aquella chica, ya que tenía muchas ansias de verla, dado que en la vida presencie un show de ella.
De un instante a otro las luces se extinguieron, dejaron solamente el corta imagen, en el escenario se veían varias siluetas, pero no se alcanza a distinguir, busque un lugar más cercano en donde poder ver mejor, y quede al medio de la pista, comenzó la música, era tipo pop, comenzaron a parpadear todas las luces en todas direcciones, entonces al fin la vi, pero no me fije en la cantante si no en una de sus bailarinas, dotaba de una gran belleza, tenía el cabello rubio, la piel blanca y una sonrisa inigualable. Me olvide por completo de Luciana en aquel momento, sentía nervios por todo mi cuerpo, y lo único que quería era acercarme más. La gente comenzó a bailar, era un ritmo contagioso, pero yo solo me fijaba en aquella mujer que me había robado el alma. Chris llego a mi lado, me hablo, pero no preste atención, luego me tomo del hombro y me giro para que lo escuchara.
―No puede haber tan belleza en el mundo que se le compare. Tiene una voz angelical, me sube a las nubes como cual globo de aire caliente.
En ese momento supe que hablaba de la cantante y no de las bailarinas. Su show consistió de un total de cinco canciones. Todas buenísimas, por cierto.
Termino su actuación y me veía en la necesidad de hablar con ella, pero al finalizar se dirigieron emocionadas a su camerino, todos en el lugar les aplaudían mucho, su show fue increíble, poseían mucho talento.
Comenzó la música romántica, y eso era señal de que se acababa la noche, quede muy inquieto, quería hablarle, pero no sabía cómo, ya se había marchado, y no quería parecer un sicópata siguiéndola.
Abordó el animador de la disco, y nos dio las buenas noches y la música paro. Todo había terminado, no había podido hablarle, si quiera sabía si me habría tomado en cuenta, pero a lo mejor era solo el efecto del alcohol me dije, así que nos marchamos.
Al llegar a casa, fui directo a mi cama, eran las 6:38 de la madrugada, estaba amaneciendo y estaba muy cansado, no dejaba de pensar en ella, tenía su imagen moviendo su cuerpo tan ligeramente que cada paso agitaba mi corazón. De a poco comencé a caer en el sueño hasta que ya no vi nada más y mi cuerpo se rindió por el cansancio.
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Suerte
Ficção AdolescenteDos personas, de mundo diferentes, y a la vez tan cercanos. La suerte no es todo lo que se necesita para poder superar cada uno de los obstáculos que pone un corazón. Anastasia es fotógrafa, mientras Nicolas es surfista. Ambos aman el mar y sera lo...