Después de eso, Harry salió desesperadamente de su apartamento. Las llaves se clavaban en la palma de su mano debido a la fuerza que aplicaba al sujetarlas, pero no importaba. Louis podría estar teniendo una de sus crisis, y a pesar de que había llamado a Harry, a su mejor amigo para avisarle, él no había estado.
No tardó mucho en presionar el acelerador cuando se subió en el coche, su respiración agitada y los rizos colándose en sus ojos tan verdes como la esmeralda. Mientras que conducía a la casa de Louis, sus manos presionaban con tanta fuerza el volante que incluso sus nudillos comenzaban a ponerse blanquecinos, indicándole a Harry que debía bajar la fuerza de su agarre.
No lo hizo hasta que aparcó su coche frente a un bloque de apartamentos, tan reluciente y recién pintado de un color amarillo apagado, perfecto. Bajó del coche con prisa y no le importó que casi un hombre lo atropellara, corrió hasta la puerta mientras buscaba la llave de la casa de Louis en su llavero. Cuando la encontró no tardó mucho en subir las escaleras, pues en un par de zancadas ya se encontraba frente a la puerta. La abrió rápidamente y su respiración se atascó por un momento al ver el creciente desorden en la mesa del salón.
Corrió a través de pasillo y tomando el pomo de la puerta de la habitación de Louis, la empujó, abriéndola.
Su respiración pareció agotarse y su corazón estrujarse en su pecho.
Louis estaba sobre la cama, con la chaqueta que le había dejado hace unos días recubriendo su pequeño cuerpo, junto con una camiseta prácticamente transparente color blanco. Tendido en la cama, con los ojos cerrados y apenas respirando, las sábanas desordenadas bajo él. Sus ojos se podían apreciar hinchados, y Harry simplemente se agachó, rozando su cara con tanta suavidad que incluso él mismo se asustó; pues no sabía que era capaz de ser tan delicado con alguien.
"Harry..." La pequeña voz de Louis cortó el silencio. Sus ojos revoletearon, más no se abrieron, sin dejar que el de rizos pudiese apreciar sus bonitos orbes azules que tantos sentimientos expresaban siempre. "Has v-venido..."
Harry sólo pudo morder sus labios, tratando desesperadamente de no llorar como un niño de cuatro años al que le arrebatan su juguete favorito. No podía. "Sh, sh, mi bebé. Ya estoy aquí, contigo..."
"Y-yo sabía que vendrías, ¿sabes?" Murmuró y tragó saliva, tratando de refrescar su boca, que se había convertido en el mismo desierto. "Yo nunca dejé de confiar en ti..."
Harry se inclinó y dejó un suave beso sobre su frente, su gran mano posándose en la cintura de Louis bajo la chaqueta, acariciando con suavidad la suave piel con su dedo pulgar.
"Gracias por eso" No se le ocurría que más decir. No podía, tampoco. Sus palabras parecían haberse atascado en su garganta.
Louis tardó unos minutos en volver a hablar. "¿Quién era esa chica, Hazz?" Y Harry sintió su corazón romperse al escuchar la suave y rota voz de Louis, haciéndolo sentir peor de lo que ya lo hacía.
"Una amiga" Dijo, sin dar más explicaciones.
Louis tampoco insistió más. Guardó silencio, porque conocía a Harry, sabía que tenía la imperiosa necesidad de aclararle las cosas. Y sabía que eso iba a doler.
Harry no tardó mucho: "Quiero... Quiero intentar algo con ella" Susurró y apartó el pelo de sus ojos, apretando su mano al final.
El de ojos azules no pudo disimular como sus hombros se tensaron, o como sus ojos comenzaron a humedecerse poco a poco de nuevo. No pudo ocultar el dolor que reflejaban sus ojos ni como sus cortas uñas se clavaron disimuladamente en la palma de su mano, provocándole una punzada de dolor que amainó cuando recordó lo que Harry había dicho. Porque, sí, el dolor no se comparaba.
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Always you.
Fanfiction"¿Qué es Louis para ti?" "Louis es todo lo que los adolescentes desean. Es una fina línea entre lo estable y la locura. Nunca sabes que hará o como estará, nunca tendrás el valor suficiente para encararlo. Sus ojos azules te cautivarán antes de que...