Brigada de verano [Attack on Titan]

CAPÍTULO 8 | Sí, sin duda una montaña rusa

Los autobuses que llevan a Six Flags llega a la madrugada, y todos los esperaban con entusiasmo.

- Vale, si corremos igual conseguimos sitio en los asientos de atrás- Dice Sasha.

- No lo creo. Annie y las demás se adelantarán, están casi justo en la puerta- Contesta Mikasa.

- ¡Hey!- Reiner saluda a las chicas, seguido por todos sus amigos- ¿Listas para el viaje?

- Evidentemente- Responde Marsha sonriendo.

Reiner se dirige hacia Christa.

- Oye, una cosa, Christa. ¿Te molesta si me siento a tu lado en el bus?

- Christa ya tiene compañera- Interrumpe Ymir-. A menos que prefieras ir con Reiner, claro... Que no es así, ¿verdad?

- A mí no me importa. Discutidlo vosotros.

- Ymir...

Ymir se ríe ante Reiner y rodea con el brazo a Christa.

- Bueno, Reiner, hubieses apurado más. Otra vez será. A la vuelta, o el mes que viene, ya si eso.

Reiner pone cara de frustración y acto seguido da un codazo burlón a Bertholdt.

- Oye, Bert, ya sabes el trato... Yo ya se lo pedí a Christa, así que ya sabes...

Las mejillas de Bertholdt se sonrojan de inmediato.

- No voy a hacer eso. Además, a ella le gusta ir sola. Es mejor que vayamos juntos y listo.

- Sí, que te lo has creído. Si no vas tú, voy yo, así que tú eliges.

- Idiota.

- ¡Eh, Annie!- El grito de Reiner, menos discreto que el de un camionero, se oye en todo el lugar.

Annie acude junto a Reiner en parte enfadada.

- ¿Se puede saber qué te pasa, tío?

- Eh, eh, relax. ¿Quieres sentarte en el autobús con Bertholdt para hablar y lo que surja?- Dice, mientras hace un gesto pervertido en broma.

- Infantiles. Si es que sois tontos.

Annie vuelve con su grupo de antes y Bertholdt mira con rabia a su amigo, el cual echa a reír.

- Eh, que solo era una broma. Si la tienes conquistada, titán colosal.

Sasha oye esto último e interviene en la conversación.

- ¿Qué es eso de titán colosal?

- Es como le llamaban a Bert en el instituto. Es pívot en el equipo de baloncesto- Reiner pone cara pervertida-. Aunque también le llaman titán colosal por...

- ¡Reiner! Como vuelvas a hacer ese chiste te juro que te mato.

Reiner se ríe y continúa.

- ¡Aun encima que te doy una buena imagen ante las chicas! Deberías de agradecérmelo.

- ¿Y tú hacías algún deporte en el instituto?

- No en el instituto, pero fuera jugaba en un equipo de rugby. Tienes delante al acorazado Braun, guapa.

- Comprendo.

- ¡Atención! Todos a los buses- Exclama Levi, acompañado por Erwin y una mujer de gafas y coleta.

- Podemos llamarla la sujetavelas- Comenta Ymir, entre risas.

Una vez el viaje comienza, todos se entretienen en el autobús. Jean va sentado junto a Marco, lo que alivia a Marsha, pues al menos no va junto a una chica y no tiene pinta de que le atraigan los hombres, aunque lo mejor es no bajar la guardia.

Cuando llegan a Six Flags, quedan impresionados.

- ¡Ostras, cómo mola!

- Ya te digo.

- Armin, pero si tú no te vas a montar en nada...

- ¡Cállate, Reiner, no seas malo!- Le recrimina Christa.

- Como tú digas, Christa. Si quieres monto yo contigo en todas.

- No hace falta- Interviene Ymir.

- Aguafiestas.

Los chicos y chicas disfrutan del soleado e increíble día en el parque de atracciones Six Flags. Todo transcurre sin ningún sobresalto hasta que Marsha se sube en La venganza del acertijo, una montaña rusa verde y gigante. Cuando mira a ver quién le ha tocado al lado, no puede ocultar su sorpresa.

Jean.

- ¡A-anda, hola!

- ¡Hombre, Marsha! Por fin alguien que no es una cagada y se decide a montar en esto. Fijo que es la leche.

- Sí- Ríe entre dientes ocultando sus nervios.

Hace tiempo que Marsha ya no le tiene miedo a las atracciones grandes, pero la presencia de Jean hace que rememore esa sensación que pensaba olvidada.

La montaña empieza a funcionar y todos se preparan con entusiasmo. En las filas de atrás, las chicas se dedican a partirse de risa al ver el panorama. Seguro que ellas se pusieron más atrás en la cola para que Marsha acabara allí sentada. Podría ser culpa de ella por no darse cuenta, pero es mejor pensar que fueron otras.

- ¡Qué pasada! ¡Ha estado genial! Aunque si no llego a estar yo ahí, os cagabais todas.

- Claro, cara caballo, por qué no.

- ¡Ymir, sé buena!

Cuando se van de la atracción, Marsha gira la cabeza hacia el puesto de vídeos del recorrido y se da cuenta de que no lo ha comprado.

- Ya cogeremos uno luego, Marsha, que seguro que volvemos a montar.

Antes de apartar su vista, consigue ver algo que le deja la boca abierta. Jean ha comprado dos vídeos. El suyo.

Y el de Marsha.