Despues de mi pequeña "escenita" de hace rato, era hora de mi proxima clase, matematicas.
Me resulta extraño que de verdad sea buena en matematicas. A pesar de no ser la "burra" de la generacion, tampoco era la mas sobresaliente. (Con la excepcion de mate, porque me iba demasiado bien).
Por esto mismo, matematicas era la unica asignatura en la que la gente peleaba por ser mi pareja, literal. (Pero mas de eso despues)Asumí que no me encontraria con Pablo en esa clase (y no crean que por una razon logica) si no porque lo deseaba con toda mi alma. No tenia la energia de lidiar con esto ahora, no especialmente cuando tenía un musical que protagonizar. No señor.
Me levante de la banca para llegar a la clase a tiempo y me di cuenta de que seguia temblando por lo que acababa de ocurrir.
Tranquila, es solo un estupido chico.
Camine por los pasillos cabizbaja, pensando que todo mundo me estaba juzgando y burlandose de mi. Fue ahi cuando me acorde que no me importa lo que la gente piense de mi, entonces levante mi barbilla y camine alta por los pasillos.
-Camila! Espera! -voltee a ver quien me hablaba con tanta urgencia. Era Pablo.
Segui caminando y lo ignore porque como ya habia dicho, no tenia nada de energia para eso.
Entré al salon de matematicas y me sente en un lugar casi al fondo del aula, ya que ahi podria mantener mi cabeza baja y no llamar la atencion.
Empezó la clase y como siempre, le entendi al nuevo tema, y mientras estaba resolviendo los problemas, una cosa me distraia. O mejor dicho, Alguien me estaba distrayendo.
Era Carlos Díaz, el "nerd" de nuestra generacion.
Carlos estaba sentado en el escritorio al lado derecho del mio, y se le notaba distraido, cosa nada comun de su parte. (y menos en matematicas.)
-Necesitas ayuda? -le pregunte cortés.
Parecia como que no me escuchaba, y le volvi a preguntar.
-Carlos, -me aclare la garganta- necesitas ayuda?
-Ah, quien? Yo? De ti? -y solto una pequeña risa burlona.
-No te preocupes, no te considerare menos listo si me pides ayuda por que no entiendes algo -le asegure.
-Ah, si , gracias...supongo. Perdon, eh, me tengo que ir. - me dijo mientras tomaba su mochila y se alistaba para salir del aula.
Carlos pidio permiso para salir y le fue concedido, y su partida desperto una gran curiosidad dentro de mi.
Estaba feliz al saber que no era la unica cobarde que escapaba de situaciones incomodas.
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Ya cuando las horas de colegio habian acabado, regrese a mi casa y tome mi pequeña siesta diaria. Por que, si hay algo que me gusta mas que ir a La Esquinita, era dormir. Y comer. Y lo mejor era ir a La Esquinita, comer ahi y luego tomar una siesta en mi casa. A eso lo llamaba la "trifecta perfecta". Y amaba las trifectas perfectas.
Despues de mi corta siesta de dos horas y media, me levante y tome mi mochila para ir a La Esquinita a hacer mi tarea.
-Ma! Voy a salir! -y sali sin esperar respuesta.
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Tiempo
Teen FictionA ella le encanta ir a comer a su cafetería favorita, y a el le encanta servirle sus platillos favoritos. Un mesero perdidamente enamorado de una chica que parece ser, lo odia, y una chica, perdidamente enamorada de la lectura y la comida que piensa...