post The End."Un extraño altar aparece sobre la puerta de Matt, y Edd quiere prevenir que algo malo suceda. Tom es escéptico, como de costumbre."
"¡Reunión!" La voz del muchacho resonó por el pasillo. "¡Reunion familiar!"
Usualmente habría sido un problema, alguien repentinamente rompiendo el silencio del pequeño edificio, pero la situación era particular cuando solo tres personas vivían en ese piso, y una de ellas era la que gritaba en ese momento
El chico de cabello castaño oscuro caminaba de punta a punta, completamente alterado, esperando alguna respuesta.
Uno de ellos obviamente despertó con el revoltijo, poniéndose pantuflas con estampado de cuadrículas blanco y negro empezó a arrastrar sus pies hacia la entrada.
"...Edd?" El otro chico detuvo su caminata enseguida y casi corrió hacia el otro lado del pasillo donde lo habian llamado. "¿Que sucede?" Su voz era pesada con sueño.
"¡Tom! Que bien que viniste rápido. Tenemos una situacion—"
Edd señaló al otro lado del lugar, pero no a donde su amigo esperaba- la puerta de su departamento- sino a la puerta de roble más cercana al ascensor.
"¿Matt?" indagó sin pensarlo pero notó algo peculiar enseguida.
Ambos caminaron hacia la puerta, uno más curioso que el otro.
En el suelo había cientos de pétalos -que más tarde Tom pudo ver que solo eran papeles con forma bañados en tinta roja, o eso esperaba-, pequeñas velas apagadas de color negro intenso, una lata de Coca cola diet y lo más bizarro de todo: un cartel pegado en la puerta, hecho como un collage de letras recortadas de revistas.«Te mAlDiGo PoR rompER mí corAzon. CUENTa sieTe diAS a TU muertE»
Tom resopló. "Wow."
Pero Edd estaba rígido, y abrió su boca para decir algo. "Esto es—"
El sonido del ascensor ahogó sus palabras. "¡Buenos días! Veo que ustedes también despertaron temprano este precioso día." Matt irradiaba miéntras salía del ascensor con un par de bolsas de plástico. "Sobre todo tú, Tom. Raro verte a estas horas!" El de ojos negros gruñó bajo, no necesariamente en acuerdo o desacuerdo, pero estaba más enfocado en saber que haría Matt al ver su puerta.
"He salido a comprar víveres y para que sepan, solo me perdí una vez y tarde quince minutos encontrar el camino de regreso! Un avance diría y—Que es esto!?"
Efectivamente, Matt dejó caer las bolsas al pararse en el medio de sus dos amigos, y su sonrisa desapareció en el aire.
Ambos se quedaron en silencio mientras el pelirrojo miraba la escena en shock.
"¿M-maldito? ¿¡Siete días!? ¿Que esta sucediendo?"
Su temple era de temor y confusión absoluta. Edd fue el único en hablar. "Cuando desperté y salí porque escuché un sonido fuerte... me encontré con todo esto..."
Matt respiró profundo. "Definitivamente no estaba cuando me fui está mañana—" murmuró redundante, pero su amigo ya no lo estaba escuchando.
Edd caminaba hacia su departamento mientras hablaba. "Cómo dije antes, es hora de una reunión urgente!"
-x-
Cualquiera sea la razón, Edd ordeno a ambos que se sentaran en el sofá, a pesar de que lo planeaban aunque no se lo dijera. En cambio, el de buzo verde continuaba caminando de una punta a otra en su cuarto,tal como lo estaba haciendo en el pasillo.
Tom se arrojó en el sillón, piernas abiertas como de costumbre y su mano sosteniendo su cabeza. Del otro lado Matt se sentó, manos sobre sus rodillas , bastante rígido.
"Entonces," Edd tenía una voz sería, bastante particular viniendo de él en cualquier momento. "¿Qué corazón rompiste?"
Matt chilló. "¡Ninguno! ¿...ninguno?" Él se encogió un poco, su rostro pensativo. "N-no le he hecho nada malo a nadie!" Defendió.
Edd lo escrutó. "Hmm..." Y se movió hacia la ventana, mirando hacia afuera detrás de sus cortinas verdes. ridículamente dramático.
Tom, después de todo, decidió que quería abrir la boca. "Y... ¿cuando dejamos de pretender que esto es serio?"
Edd lanzó su mirada hacia él como una daga. "Tom, no seas grosero! ¡La vida de nuestro amigo esta en peligro!"
"¿En serio? ¿No consideraste por un segundo que se podía tratar de una broma?"
"¿Y que tal si no lo es?"
El pelirrojo posaba la mirada entre Tom y Edd mientras continuaban discutiendo, pero cada vez parecía más decaído con el ritmo que tomaba.
"Entonces, ¿que piensas hacer por él?"
Edd pestañeó. "Uhh, internet."
-x-
"Necesito una bebida." Fue lo último que Tom dijo antes de dejar el cuarto donde Matt y Edd estaban pegados a la pantalla del ordenador, probablemente googleando.
Fue tonto pensar que el más bajo del trío encontraría otra cosa más que latas de soda en el refrigerador de Edd , y optó por salir del departamento de Edd e ir al suyo.
Nadie se lo impidió, pero por alguna razón regresó con la botella de vodka en su mano al lugar de Edd, y se arrojó al sillón nuevamente.
"Aquí hay algo—" Edd señaló a la pantalla para que Matt prestará atención. "Se sugiere no tocar altares preparados, blah blah. Son rituales hecho especialmentepara afectar a quien sea que viva después de la entrada? Uhh... Puedo contactar a alguien para que venga..."
Tom alzó una ceja. "¿Alguien?"
"¿Como un brujo?" indagó Matt enseguida.
Edd asintió. "No es barato pero...Lo puedo cubrir."
Tom tomó un sorbo de su bebida, decidido a solo dejar que Edd hiciera lo que quisiera, lo cual ya era un terreno familiar.
Matt sacudió sus manos. "¿No hace falta? Yo puedo—"
"¡No!" Edd aclaró su garganta. "Yo lo haré."
Ni Matt ni Tom comentaron algo si el comportamiento de Edd les pareció extraño.
"Uh, ¿y cuando estaría viniendo esta persona?"
"Hoy."
"¿¡Que rapido!?
Edd volvió a mirar la pantalla. "Cómo en , uh... veinte minutos"
"Wow." expresó Tom con un tono seco.
A este punto, era más fácil dejarse llevar.
-x-
Unos extraños veinte minutos prosiguieron su mañana.
Edd preparo café -algo ya inusual proviniendo de él- y además, lo compartió. Matt aceptó una taza, pero el castaño claro no tenía planes de tomar más que alcohol ese día.
Aparentemente estaba en camino una persona que iba a ayudar a Matt con su, pequeño problema.
Edd iba y venía de la sala a la cocina, y Matt estaba particularmente callado desde lo que parecía un récord para Tom. Debía ser eso, o lo pálido y rigido que se veía que hacía que Tom tuviera un poco de pena por él.
Solo un poco.
El más bajo abrió su boca, pero no encontró nada que decir.
Un segundo después, escucharon el sonido del ascensor abriendose.
"Uh, debe ser eso" Edd corrió hacia la puerta y salió.
Los otros dos le siguieron al instante.
Afuera, la figura de una muchacha de hizo evidente al caminar hacia ellos, deteniéndose por unos segundos para observar el altar sobre la puerta de Matt.
La mujer de grandes lentes y cabello corto negro se acercó a ellos. "Soy Rose. Un gusto." ella no extendió absolutamente nada más que sus palabras que parecían un esfuerzo grande de formalidad. Sobre su espalda llevaba una gran mochila del mismo negro que todo su conjunto de ropa.
"Um, un gusto."
"Tú debes ser Edd." Él asintió. "¿Y...?" Rose miró hacia el lado donde el pelirrojo estaba asomado.
Edd lo tomó del brazo y lo trajo hacia adelante. "Matthew— él vive... allí"
"Ya veo" y sin más, ella volvió a caminar por el pasillo, poniéndose de cuclillas para observar los objetos de cerca. Matt y Edd la siguieron, Tom decidió que no tenía energía o que esto no valía la pena de ver, y volvió a tirarse en el sofá.
"Hm. Alguien debe odiarte mucho. Esto es fuerte." y el sonido de pánico de Matt fue lo último que oyó antes de cerrar la puerta detrás suyo.
-x-
No sabía cuándo, pero en algún momento Tom se durmió nuevamente sobre el sofá de Edd. Su botella estaba a medio terminar apoyada sobre la mesa ratona en frente y su cuerpo no respondió muy bien a la mala posición en la que había quedado. Se estiró, con un poco de esfuerzo, y la puerta del departamento hizo un retumbe al ser abierta.
"¡Tom! Te perdiste de algo loco" Edd sonaba como un niño de primaria. "Esta mujer—Rose, dijo que se haría cargo de quitar la maldición y sabes que? Sacó de su bolso un líquido y mojó todo, luego prendió un fósforo!"
Matt se arrojó al sofá donde Tom estaba mientras Edd relataba. "Que miedo," Le escuchó suspirar. Estaba tan pálido como antes.
"Y luego, phaw! esta gran llama de color verde se extiende. Creí que iba a ser un incendio, pero la llama desapareció en segundos. Y todo también. No quedaron ni cenizas..."
Tom escuchó el relato del castaño escéptico; definitivamente habían vivido cosas más extrañas que esas en su vida, pero no encontraba razón para arruinar su historia. "Entonces, uh, ¿solucionado?"
Los hombros de Edd decayeron un poco. "Uh, bueno—sobre eso. Hay una pequeña situación."
"¿Situación?" Por primera vez en toda la mañana, la curiosidad de Tom había surgido.
Edd no continuó, porque en cambio Matt habló.
"Ella dijo que no puedo quitar la maldición completamente de mí o del departamento." Matt sonaba desahuciado. "Que era 'un trabajo muy fuerte' y que algunas consecuencias me alcanzarían..."
Tom alzó una ceja. "¿Asi como?"
"Bueno, el lado positivo es que uh— logro remover lo peor así que uh. Matt no podrá morir por esto?" Edd agitó su mano. "Ella dijo que podía o no haber pequeños problemas durante los siguientes siete días, pero que todo terminaría luego."
El pelirrojo suspiró. "Eso dijo."
"Oh y también dijo que sugería fuertemente que no te acercaras a tú departamento por esta semana. Asi que viviras conmigo por ahora, ok?" Y por primera vez en horas vieron a Matt formar una pequeña sonrisa, que fue suficiente para aliviar a ambos. "Pero no traigas basura a mí departamento."
"¡Hey!"
Entre sus risas, Tom sintió que tenía que decir algo también, aunque el no era bueno en consolar a otros. Aunque esto había sido estúpido, no podía darle la espalda a sus amigos después de todo lo que vivieron juntos.
"Matt... No te preocupes por eso de los siete días. No creo que tengas ninguna consecuencia." Y ofreció su botella de vodka al pelirrojo.
Por un momento, creyó haber visto los ojos verdes de Matt brillar más de la cuenta, como si sus simples palabras hubieran aportado algo de esperanza en su vida.
Y Matt acepto la botella. "Gracias, Tom..."Él aún creía que todo esto había sido una estupidez, pero con el tiempo, Tom aprendió que muchas cosas pueden cambiar en sólo siete días.