Omma

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Había pocas cosas que hacían sentir incomodo a Kim MinSeok, a sus 35 años había ya vivido demasiadas experiencias como para cohibirse con algo, mucho más cuando tenía ya 10 años de vivir con Kim JongDae.

Su novio era tan idiota como desvergonzado, y luego de tantos años de estar juntos, algo se le había pegado a MinSeok, no de la estupidez claro, él era el listo de la relación, de la falta de vergüenza se refería, pero ahí estaba, siendo un nueve de mayo a las doce del día en punto, quedándose sin poder responder con una palabra coherente a la petición del pequeño ser humano con apenas un metro y pocos centímetros de altura que tenía delante de él.

-Claro que vendrá Daeul, es una promesa.-

JongDae se vio en la necesidad de responder por él y MinSeok pensó que tal vez, después de todo, algo de la idiotez de su novio se le había contagiado igual.

De diez años de relación, llevaban ya cinco siendo... padres. Y bueno, no es como si la cosa hubiese sido planeada, había sido un episodio muy oscuro en la vida de ambos.

Porque habían discutido cuando uno de los compañeros de trabajo de MinSeok había comenzado a coquetearle, y no importaba cuantas veces MinSeok le jurara a JongDae que no era nada de que preocuparse, JongDae si que terminó preocupado y enojado, furioso incluso, tanto que en un momento idiota se había embriagado tanto que se había terminado por acostar con su ex novia, la chiquilla tonta con la que había estado saliendo un par de meses antes de conocer al verdadero amor de su vida, a MinSeok, como ya se ha mencionado antes, la inteligencia no es la mejor amiga de JongDae.

A MinSeok le partió el corazón el suceso, él había rechazado todas y cada una de las propuestas de aquel sujeto en su trabajo solo para descubrir que el infiel en la relación había sido quien tanto le había armado escenas de celos.
Y pensó en dejarlo, pensó en terminar todo, pero era Kim JongDae, el idiota más dulce y quien mejor le comprendía en todo el mundo, y le perdonó.

Le perdonó incluso sabiendo que había sido tan estúpido como para no usar un maldito condón, le perdonó aún cuando venía un bebé en camino y él en realidad detestaba a los niños.

Pero lo hizo, perdonó a su estúpido novio y aceptó a ese enano que en realidad le había terminado por caer bastante bien, porque el niño había pasado solamente unos meses junto a su madre biológica cuando ella misma le había dado a JongDae todos los derechos sobre el menor y se lo había "regalado" prácticamente con la misma facilidad con que regalas unos calcetines en navidad.

Y MinSeok al inicio pensó que pondrían al pequeño bastardito en adopción, él no tenía porque aceptar a un hijo que no era suyo en su casa ¿cierto?, pero cuando vio a JongDae comenzar a empacar sus cosas mientras repetía incontables veces: "perdóname Min... mi error, mi responsabilidad, no mereces pasar por esto, me voy, se feliz", simplemente no pudo.

Y es que MinSeok no odiaba al pequeño Daeul, le parecía de hecho un niño demasiado bonito, se parecía a JongDae después de todo, pero toda su estabilidad había venido a ser removida por un huracán de gritos, llantos y babas. Pero a pesar de todo JongDae amaba a ese niño, lo amaba tanto como amaba a MinSeok, y él comprendió que si quería a JongDae, venía con juguete de regalo incluido.

Y fue difícil al inicio, cuando MinSeok no sabía nada de cómo cuidar a un bebé, cuando JongDae el usualmente idiota de la relación se volvió el más listo en cuanto a cuidado de infantes se trataba, y fue especialmente difícil tener que cambiar sus hábitos, dejar de fumar dentro de casa, dejar de escuchar la música a todo volumen, y dejar de tener sexo salvaje en mitad del pasillo hacia su habitación.

Fue simplemente un golpe directo al corazón haber tenido que remodelar su pequeña sala de entretenimiento para darle una habitación al enano, porque esa habitación era su pequeño refugio, en donde se acomodaba a leer un buen libro, en donde veía películas durante sus horas de insomnio, en donde lloraba luego de una discusión con su estúpido novio, y ahora era una habitación repleta de juguetes de dinosaurios por el suelo, pero lo aceptó.

OmmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora