Prodigio

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Prodigio

Daeul ha cumplido diez años hace un par de días, pero este año a Daeul no le emociona mucho su cumpleaños, porque sabe que solo unos días después tendrá que aplicar a un examen tonto que no quiere hacer, apenas y tiene dos años en su nueva escuela, apenas y ha logrado hacerse amigo de una persona y ahora quieren cambiarlo a una clase diferente, ¿todo por qué?, porque al parecer era demasiado listo para su edad.

Los profesores habían notado varias aptitudes sobresalientes en el niño, y habían llamado a sus padres para sugerirles que Daeul tomara un examen especial para medir su nivel intelectual, si conseguía cierta cantidad de aciertos en el examen Daeul sería trasladado a una clase más acorde con sus capacidades. –¿cómo fue que pasó esto?... es decir, yo se que no soy un genio, su madre mucho menos... -JongDae Pa se había visto realmente impactado a recibir la noticia, MinSeok Pa se había reído dándole la razón y luego había bromeado diciendo que seguro él le había contagiado la inteligencia.

-Así que si resultas ser un genio vas a abandonarme en el salón. –YoungJi, su mejor amigo le vio el gran inconveniente al asunto, ciertamente Daeul no quería dejar solo a YoungJi, porque había pasado de ser un brabucón a ser un niño al cual le hacían bullying, de la misma manera, él no quería ir a un nuevo salón en donde no conociera a nadie. –No vamos a dejar de ser amigos por eso tonto... además, tengo planeado no presentar ese examen, solo fingiré no sentirme bien ese día y faltaré a la escuela. –YoungJi rodó los ojos ante el plan tan malo que se le había ocurrido a su mejor amigo. –Tu omma va a enviarte de todas formas...

Faltaban dos días para el examen, y Daeul comienza a sentir una leve punzada en el estómago, no es un dolor real, es solo como una pequeña molestia que no desaparece. -¿comiste el paquete de galletas que te dije que no comieras antes de la cena? –MinSeok Pa le cuestiona mientras revisa algunos papeles, Daeul hace un puchero sin querer contestar, porque si, MinSeok Pa le había advertido que no comiera nada antes de cenar o luego le iba a doler el estómago, y ahí estaba él segundos después comiéndose todo un paquete de galletas. –Te lo mereces por no obedecer –MinSeok Pa incluso le dio un pequeño golpe en la cabeza con los papeles que tenía en la mano, se quitó los anteojos que usaba para leer y se estiró un poco en su silla, ve a acostarte, ahora estoy contigo. –MinSeok se pasa media hora dándole masajes al estómago del niño con un pañito humedecido el alcohol, Daeul se queda dormido por los mimos, el malestar queda en el olvido.

Falta un día para el examen, YoungJi se la ha pasado haciendo berrinches todo el día porque cree firmemente que cuando Daeul conteste a las preguntas quedará como un genio y lo mandarán directo a la universidad y se olvidará que alguna vez fue su amigo. –Es porque te golpee cuando teníamos ocho ¿cierto?, te dije que lo sentía. –Daeul intenta copiar la clásica mirada de hielo de su omma, no se le parece en nada. –Ya te dije que no lo hago porque quiera, mis papás son los emocionados con el examen, yo fingiré estar enfermo para librarme. –YoungJi no parece convencido y Daeul sabe que tiene que cambiarle el tema. -¿Dijiste que recibiste una llamada de tu madre? –Y pronto el niño normalmente sin expresiones comienza a sonreír, a Daeul le gusta ver la sonrisa de YoungJi porque es como el cometa Halley, solo se ve cada 76 años... de acuerdo, exagera, pero si es muy inusual, el punto es que YoungJi está feliz por la llamada de su madre, él le contó a Daeul que luego del divorcio de sus padres su madre había caído en una depresión muy intensa, tanto que le fue imposible llevárselo con ella a Europa de donde ella era, si, YoungJi era un niño mitad europeo, su cabello castaño claro y sus ojos grises lo delataban; por esa razón él se había quedado en Corea con su papá, Oh Sehun, y era apenas ahora que su madre se había sentido un poco mejor y que había restablecido la comunicación con su hijo, YoungJi irradiaba felicidad por ello, a Daeul le gustaba ver a su mejor amigo feliz.

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