-aléjate de mi (dije cobardemente, como advirtiéndole , como quien quiere dar una orden pero no quiere que le obedezcan , quiere que hagan lo contrario , yo quería eso , quería que me desobedeciera)
-no . Respondió ella , ( y puedo asegurar que quede congelado por un momento , momento en el cual pensé muchas cosas , entre ellas pensé , está mujer no sabe lo que hace , ¿sabrá el infierno que traigo ? .. ¿ y si lo sabe , y aún así quiere arder en el ? .. ¿ habrá sido una respuesta temeraria ? .. ¿le gusta el peligro quizá ? .. ¿y si ella es el mismo infierno y yo , solo un pobre bufón ? .. todo eso pensé , y al final le dije
-pues quedaté. (Salió de mi boca con cierto alivio . Sentía mi corazón latir con furia mientras mis manos inquietas calmaban mis nervios, su infierno me amenazaba haciendo desconfiar del mío, con miedo quizá a lo que quería realmente.)
-Tus palabras pueden ser tu peor enemigo. (pronunció en un susurro, sabia a que se refería, pero no podía evitarlo, era ella quien por primera vez me acercaba a la punta del abismo. Sabía que se acercaba una tormenta , ella no parecía retroceder , avanzaba , testaruda, oh , admiraba eso , impetuosa . Sabía que debía mostrar seguridad en mi próxima respuesta , no tan soberbio , pero un poco prepotente.)
- mujer , que mis palabras sean mis enemigas , mientras me ataca cada una que digo, mis actos , son los que arderán , en ese infierno que desafías , procura tú ser amiga de esos actos.
- No pretendo ser amiga de tales actos, cuando puedo dominarlos -respondió testaruda.
El deseo de ir hacia ella sin promediar palabra me tentaba, pero no podía dejar lo que parecía un remolino, me tragara, sabía que era lo mejor para ella, pero mi egoísmo me dominaba, solo quería tenerla para mí, no soportaría verla marchar.
-Suenas muy segura para lo que podrías aguantar, deberías cuidarte, no es un juego lo que se está subastando aquí.
- Dime algo que me convenza de irme, y me iré. - dijo dando pasos lentos pero seguros hacia donde me encontraba.
-Es lo mejor para ti... -mis ojos localizaron los suyos, advertían seguridad y reto, no había ni una pizca de miedo en ellos, sea lo que sea que estaba haciendo, me debilitaba ante ella.
-Yo decido lo que es bueno para mí, no crees? -pronunció muy cerca ya- disfrutaré mi error si fallo, y tú me acompañarás en mi derrota.
El se rindió, y se entregó.
