Capítulo 18

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¡No! ¡Mi nariz! ¡Hey! ¡Mi maquillaje!

No dejo que la oxigenada vea mi reacción, porque automáticamente que ella estampa su mano en mi cara yo le estampo un puño por la barriga dejándola sin aire por unos momentos. La veo retorcerse por unos momentos y se levanta halándome del cabello. Hago una maniobra para virarme y darle de pleno en la nariz, lo logro y ella me suelta para aguantársela del dolor.
— ¡NO! Mi nariz —comienza a llorar y me aguanto las ganas de reírme por su actitud de niña llorona— Eres una maldita perra— no aguanto más y me rio.

Ella me mira y sale corriendo donde mi tratando de tomarme el cabello otra vez, pero yo la tomo primero y la tumbo en el piso subiéndome encima de ella. Algo se apodera de mi y simplemente desahogo en golpes todo lo que llevo aguantando por semanas. ¿¡¿Quién es ella para venir amenazarme y luego tocarme la cara!?! ¡NADIE! No dejo de pegarle y ella de quejarse hasta que siento como me levantan de encima de ella. Me quejo y trato de zafarme del agarre de la persona. Me viro y veo a Mike con los ojos como plato mirando y agarrándome de la cintura.

— ¡Mike! —se queja la oxigenada desde el piso, Mike la mira— ¿No piensas levantarme del suelo, cariño? —me mira y luego vuelve su vista a ella— ¿¡Acaso no ves cómo me ha dejado esta chiquilla imbécil?!

Eso dolió. Soy su novia, ¿o no? ¿Qué somos? Como quiera que sea, él no debería dejar que me llamen así, debería defenderme, no dejar que me humillen como les venga en gana. Sigo caminando y escucho como Mike grita mi nombre. Lo ignoro. Mi celular vibra por lo que lo busco y leo el mensaje.

Guillermo:
<<Bonita escena la que montaron en el parque. No pensé que pelearas TAN bien.>>

Recibido a las 6:38pm

¿Cómo es que no me deja quieta? ¿Por qué la vida me tiene que dar tanta mierda? No me fijo ni cuando voy a cruzar la calle pues ni me importa. Llego al otro lado y cómo mismo escucho los llamados de Mike así mismo los ignoro. Continúo mi camino y veo como un carro se me para al lado y baja el cristal.

— ¿Por qué me estás ignorando? —Suena molesto y desvío la mirada hacia él, pero continúo mi caminata.

— Porque tú prefieres ir donde ella que donde mí. Ni siquiera me defendiste de su intento de humillación llamándome "chiquilla imbécil".

Se baja del auto y tira la puerta. Me detiene haciéndome chocar con él. Toma mi rostro entre sus manos y planta un beso en

mis labios. No dejo que el beso se intensifique, porque me separo de él a la velocidad de la luz.

—Me encanta verte celosa —lo miro, ¿Es enserio que él me está diciendo eso? —te pones toda molesta y bonita —Ok, debo ser fuerte. No debo darle a demostrar que soy tan fácil. Siento mis mejillas calentarse— Y también me gusta ver cuando te pones toda rosita. —pellizca mis mejillas y deja un besa mi frente, sonrío y él se da cuenta— Así me gusta, que tus enojos se vayan cuando te beso. —vuelve acercar sus labios a los míos y esta vez lo dejo besarme— Vaya carga la que le metiste.


— ¿Cómo es que cada vez los haces más deliciosos? —rio y tomo otro sorbo de mi trago

Eso es un secreto, mi amor— le guiño un ojo y sonríe, pero luego su sonrisa se va— ¿Qué? —pregunto sonriendo

— Me llamaste "mi amor"— sonríe de oreja a oreja y me acaricia el pelo dejando un beso en la punta de mi nariz.

Continuamos tomando nuestras bebidas mientras la conversación fluye. Sin embargo, el hambre comienza a hacerse presente, y ya no puedo ignorarlo. Me levanto del sofá y camino hacia la cocina, revisando los estantes y la nevera en busca de algo que me apetezca. Pero nada de lo que encuentro logra convencerme. Con un suspiro, decido encargar una pizza. Tomo mi celular y hago el pedido, asegurándome de elegir mis ingredientes favoritos.

EL DESTINO (Prontamente en físico)1ra parteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora