Comida y momentos incomodos
Verlo frente a mí me hace sentir nerviosa. Mi corazón late con fuerza mientras trato de procesar lo que está pasando. No puedo creer que él realmente viniera a comprobar si yo había llegado. O sea, ¿qué le pasa? ¿Acaso está loco? ¿No puede actuar como un hombre normal?
Sus ojos se clavan en los míos, y me regala una sonrisa que no ayuda en nada a calmar mis nervios. Su actitud parece tan relajada que me desconcierta aún más. En contraste, yo estoy completamente petrificada, incapaz de moverme o de articular una palabra. Un silencio incómodo se instala entre los tres, y la tensión se siente en el aire. Keish, que está parada a su lado, mira de su hermano a mí, como si estuviera tratando de descifrar lo que está pasando.
Quiero decir algo, cualquier cosa que rompa este momento tan raro, pero mi mente está en blanco. Las palabras se niegan a salir, y lo único que puedo hacer es quedarme ahí, sintiendo cómo mi nerviosismo crece con cada segundo que pasa.
—Bueno... ahora que la viste ya te puedes largar, Mike. —dice claramente fastidiada mi mejor amiga. Él me mira y sigue sonriendo.
—¿No me invitarás a pasar, hermanita? —se hace el ofendido.
—No— Keish está realmente fastidiada por la visita inesperada de su hermano.— ¡Ahora, lárgate! —cuando va a cerrar la puerta Mike pone un pie en esta impidiéndole a Keish cerrarla.
—Nos veremos otra vez, mi amor— dice con prepotencia y se va. Me quedo mirando el lugar por donde se fue.
—Es un idiota— se le nota el enfado a simple vista— Para que él viniera de esa manera mami tuvo que haberle dicho que llegaste ayer. —mientras discute sola, me dedico a observarla en silencio.— Enserio que a veces quisiera gritarle a mi madre, pero no puedo. —dice decepcionada.
—Ya cálmate, Bestie. Fue una simple visita —trato de tranquilizarla— Aunque una inesperada —frunzo el ceño
—Es que él me vuelve loca, Aria —la veo caminar a la cocina— y mi madre también —grita. La sigo hasta la cocina y veo que antes de despertarme por ese escandaloso griterío ella estaba preparando café— ¿quieres? —asiento— ¿con leche o negro?
—Con leche y mucha azúcar.
— ¿Qué quieres de desa...almorzar? —ríe, yo me quedo pensado
— ¿Por qué mejor no salimos a comer algo, Bestie? —me mira y accede
—De acuerdo, pero a las cinco tenemos que estar en casa de Annette.
—Keish, es tu madre. Llámala como se debe —le digo y le doy la espalda para irme a preparar.
—Igual su nombre sigue siendo Annette —dice entrando a su habitación.
Cuando salgo de darme una buena ducha, me envuelvo en la toalla y busco mi celular para verificar si tengo llamadas o mensajes. Al parecer, nadie me ha escrito ni llamado. Mientras deslizo el dedo por la pantalla, un pensamiento cruza mi mente: Guillermo. ¡Qué raro que no me ha llamado! Siempre encuentra un momento para escribirme o saber cómo estoy.
Decido llamarlo por Skype, esperando que conteste rápido. El tono suena una y otra vez, pero no hay respuesta. Frunzo el ceño, intentando no pensar demasiado en ello. Tal vez está ocupado. Para no quedarme con la inquietud, le escribo un mensaje de texto.
Yo:
<<Hola amor! Te llamé por Skype, pero no lo cogiste. Espero que estés bien. Yo llegué bien y ahora me estoy preparando para ir a comer a casa de Annette la madre de Keish. TEAMO!>>

ESTÁS LEYENDO
EL DESTINO (Prontamente en físico)1ra parte
Novela JuvenilAria, una joven decidida a vivir la vida según sus propios términos enfrenta un viaje emocional donde el pasado y el presente convergen de maneras inesperadas. Entre reencuentros con su mejor amiga de la infancia, Kashlin, y el redescubrimiento de u...