La oxigenada y sus amenazas
Miro el reloj y todavía es temprano. Son las 8:32am. Mi próximo turno no es hasta las 12:00 del día. Es sábado y debo ir a trabajar mis cuatro horas en la panadería. No encuentro la manera de levantarme. Han pasado dos semanas desde que estoy "intentándolo" con Mike. Me hace feliz. Lo quiero, despertó en nosotros la conexión que había olvidado por completo, que teníamos. Aun así, no me pienso ilusionar.
Mike estuvo hasta tarde anoche y lo pasamos bien. Keish no estuvo pues se fue con el Khalil misterioso y no llegó hasta la madrugada. En cambio, Mike y yo estuvimos viendo películas hasta tarde y comiendo todo tipo de dulce. Me pidió que le hiciera uno de mis famosos cocteles y como siempre quedo anonadado con mi habilidad para los tragos. Pensando en las cosas de anoche me vuelvo a quedar dormida. No sin antes poner la alarma para el trabajo.
Escucho que tocan la puerta del apartamento y me pongo algo sobre mi pijama para salir a ver quién es.
Keish se adelanta y se dirige a la sala. Como veo que ella va a abrir la puerta pues hago mis pasos más lentos. Mi cuerpo se tensa. ¡OH, OH! ¡KEISH! ¡LA PUERTA! Escucho el grito de mi amiga seguido de un cantazo en la pared. Salgo corriendo donde ella y siento como mi cuerpo se debilita al verla inconsciente en el piso. Levanto mi vista y veo a Guillermo sonreírme maniáticamente. Salgo corriendo a mi cuarto en busca de mi celular. Marco rápido el número de Mike. Escucho que cogen la llamada y como abren la puerta de mi cuarto con una furia que podría jurar que se rompió.
— ¡MIKE! ¡AYUDA! —grito para que me escuche
— ¡Tu Miky no está aquí! Esta vez no tienes quien te ayude Aria. MI Aria. ¡MIA! ¡Solo mía! —Corre en mi dirección, pero le atino un puño directo en el estómago que hace que se enoje más y se tire sobre mi empujándome a la cama.
— ¡NO SOY TUYA! ¡SUÉLTAME! —comienzo a derramar lágrimas completamente asustada, tratando de zafarme de su agarre— ¡Mike! ¡Ayúdame! ¡AYÚDAME!
—Él no vendrá ayudarte. —deja un beso en mi cuello que me hace sentir asco de mí misma. —Él sabe que eres mía.
— ¡NO SOY TUYA! —grito lo más que puedo
— ¡ESO YA LO VEREMOS! —muerde mi cuello y yo grito pidiendo auxilio
— ¡Despierta! —una voz desde lejos me grita— ¡ Aria! ¡Maldición! ¡Despierta! —continúo gritando por auxilio
— ¡SUÉLTAME! ¡KEISH! ¡SUÉLTAME! —sigo luchando para que no me haga nada, que no me lastime— ¡NO ME TOQUES! ¡MIKE!
Algo cae sobre mí. Algo mojado y es entonces donde me doy cuenta de que todo ha sido un sueño. Me levanto exaltada y alguien me sostiene el hombro. Mike me mira con ojos desorbitados y un vaso lleno de agua en mano. Él se acerca a mí y me abraza. Yo solo puedo llorar.
—Shh... Tranquila ya estoy aquí. —me consuela y entonces escucho mi celular vibrar— solo ha sido un mal sueño. Nada te pasará estando conmigo. ¡Lo prometo! —acerco sus labios a los míos y lo beso desesperadamente
Es un beso mojado a causa de mis lágrimas, pero a él parece no importarle. No dice nada, solo sigue el beso con una delicadeza que me desarma. Siento cómo su ternura envuelve el momento, y pongo mis manos en su nuca para acercarlo más a mí, buscando consuelo en su proximidad. Cuando necesito aire, me separo de él, pero no me deja ir del todo. Deja un beso en mi nariz, suave y cálido, y otro en mi frente, como si esas pequeñas muestras de afecto pudieran borrar cualquier rastro de miedo o tristeza que quedara en mí.
—Se sintió tan real.
—Shh... Ya pasó. No pienses en eso. — sollozo
— ¿Dónde está Keish?
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EL DESTINO (Prontamente en físico)1ra parte
Novela JuvenilAria, una joven decidida a vivir la vida según sus propios términos enfrenta un viaje emocional donde el pasado y el presente convergen de maneras inesperadas. Entre reencuentros con su mejor amiga de la infancia, Kashlin, y el redescubrimiento de u...