1 de 3

488 32 5
                                    

Sentía que golpeaban reiteradas veces la puerta principal por mi demora, pero estaba terminando de arreglarme para ir a la fiesta que me había invitado el mismo chico que estaba insistiendo. En realidad, no entendía para que tanto arregle si seguramente con la humedad que traería la lluvia no quedaría nada de mi maquillaje y mi cabello se esponjaría, pero bueno, debía estar presentable por lo menos diez minutos. Bajé rápidamente las escaleras y abrí la puerta para encontrarme a mi amigo un tanto empapado, no hubiera querido imaginar si no hubiera llevado un impermeable.

— No me digas nada, Kev —interrumpí cualquier cosa que dijera—. Lo siento, pero es que tuve que ir a mi casa a buscar unas cosas y me atrasé —dejé que entrara y cerré la puerta.

— Megan, deberás abrigarte bastante, tienes encendida la chimenea y afuera está helado —dijo quedándose cerca de esta.

— Ok, papá —imité la voz de una niña pequeña y lo miré tierna—. Iré a ponerme las botas y bajo para que nos vayamos —ni siquiera supe si tenía intenciones de responderme ya que subí corriendo.

Una vez que estuve abajo nuevamente, me puse mi sobretodo más un impermeable encima, a pedido de mi amigo, y salimos de la casa de mis tíos, estaba cuidándola mientras ellos habían ido de vacaciones a la montaña. Nos dirigimos en su jeep a la famosa fiesta que quedaba a unas cuadras, era dentro del mismo country, bajo la gruesa lluvia que tenía aspecto de no querer cesar. Al llegar noté varios rostros conocidos, a los que obviamente saludé, dentro de ellos el anfitrión de la fiesta. El ambiente estaba genial, la verdad es que la lluvia ni se sentía por el ruido de la música y la gente tenía un ánimo increíble que compensaba el frío de la noche. Así que dejé mi abrigo en la entrada y me dispuse a disfrutar, necesitaba unas horas de dispersión.

A las horas de disfrute, shots de tequila y risa por las ocurrencias de Kevin, quien no se había separado de mi para "protegerme", vi que su hermano, con quien había cruzado un par de palabras en algunas ocasiones, entró a la casa, podía notar en su rostro un dejo de frustración, algo que llamó mi atención e hizo que lo siguiera con la mirada.

— ¿Qué tanto miras? —me preguntó Kevin curioso ante mi expresión.

— Nada, —dije mirando de reojo las acciones de su hermano— sólo que me impresiona que la fiesta este siendo todo un éxito a pesar del mal tiempo —sonreí y él me miró poco confiado—. Es serio —golpeé su brazo relajada y reí.

— Está bien, te creo, eres mi amiga y no me mientes —me devolvió la sonrisa y besó dulcemente mi frente.

— Vengo en un momento —me alejé de ahí, había perdido de vista al chico y me causaba mucha intriga la situación.

Atravesé el mar de gente entre repetidos "disculpa" y "permiso" para saber qué pasaba, no era de mi incumbencia, pero se me hacía muy extraño verlo así, además el alcohol me ponía más atrevida. Definitivamente la casa de Chad era grande, no había otra explicación para que hubiera tantas personas y aun así quedaran lugares vacíos. Me detuve en seco cuando sentí a alguien vociferando muy enojado y el tono me era bastante conocido, así que me asomé disimuladamente a una salita y pude verlo a él y a su novia, es decir, eso debía haber sido por las cosas que él decía.

— De verdad no puedo creerlo. Aparte de mentirme, de meterme una excusa barata para no salir conmigo, vienes a esta fiesta con otro tipo. ¡No! Y seguramente desde cuándo me engañas con él, ya prácticamente no nos vemos —estaba fuera de sí, calificarlo como furioso era poco—. Sabía que eras de esas chicas que han tenido miles de novios a una corta edad y como creía quererte lo aguanté, pero nunca pensé que podías ser tan pu... —no terminó la palabra correcta para esa tipa, ya que esta misma le encajó una cachetada que retumbó en toda la habitación.

— No tienes derecho a llamarme de esa manera —me dieron ganas de reír ante el comentario, la chica lloraba histéricamente, muy básica.

— ¿No tengo derecho? —soltó una risa irónica mientras mantenía su mano en la mejilla que le abofetearon—. ¿Sabes, Courtney? Terminamos —la cara de la susodicha se desfiguró—. En realidad, esas eran mis intenciones de un principio. No te voy a perdonar lo que me hiciste y aunque no lo hubieras hecho, no estoy para tus mierdas —se dio media vuelta para salir de allí por lo que yo me moví para que no me viera.

— Cariño, no te vayas —dijo intentando ser tierna dentro de su llanto que no cesaba, no entendía cómo tenía cara para llamarlo de esa manera. Él hizo caso omiso a sus palabras y se retiró de la habitación y también de la fiesta.

La tal Courtney daba pena, al quedarse sola se arregló como pudo y se dirigió nuevamente al sector de la fiesta con su mejor sonrisa, pero sinceramente nadie se la iba a creer, podría haber apostado que no era la primera vez que un chico la dejaba y al parecer ella no había aprendido, ni iba a aprender la lección. Por mi parte con un dejo de preocupación igualmente volví donde los demás, mi amigo me llenó de preguntas, pero supe responder omitiendo la verdad. Alrededor de las cuatro y media de la madrugada, y después de unos chupitos más, con Kevin nos retiramos de la fiesta y él me fue a dejar, la lluvia seguía igual o más fuerte que cuando habíamos llegado.

— Meg, si quieres me quedo para que no estés sola, no tengo problema —dijo amable como siempre.

— No te preocupes, llevo tres días sola acá y todo ha estado bien —sonreí entregándole confianza.

— Está bien, pero me llamas cualquier cosa —amaba cuando se ponía sobre protector, era adorable.

— Por su puesto, te tengo en marcado rápido —dije en tono de broma y reímos, aunque era verdad—. Es cierto —me puse un poco más seria.

— Eso está perfecto. Que descanses —se acercó para besar sonoramente mi mejilla.

— Tú también, te quiero —me bajé del automóvil.

— Yo igual, adiós —dijo antes de que cerrara la puerta.

Saqué las llaves de mi bolsillo y caminé rápidamente hasta la casa, por un momento pensé que me caería, pero no, tenía buen control motor, a pesar del tequila. Una vez que abrí la puerta me despedí con la mano y entré, pude ver por el ventanal que en ese momento él se fue. Kevin siempre era así, extremadamente caballeroso y protector, lo adoraba. Quité el impermeable y luego el abrigo de mi cuerpo, para ir a prepararme un café a la cocina y luego poder acostarme con el cuerpo un tanto más templado, ya que tenía bastante frío. Con la taza en mis manos subí a la habitación y luego de encender la televisión miré por la ventana como caía lluvia, era increíble, incluso podía ver lo bravo que estaba el mar. Tenía una magnífica vista, pero algo me llamó la atención en el mirador, una silueta, a mi parecer bastante conocida, mis sospechas se confirmaron cuando noté por su vestimenta que era el hermano de Kevin, quizás cuánto tiempo llevaba allí, debía estar estilando. No pude resistir, me daba lástima que estuviera bajo la lluvia por culpa de la otra tipa, así que dejé el café de lado y saqué un impermeable del armario de mi tío, bajé y me puse todo lo que llevaba puesto en la salida con Kevin, una vez lista salí de la vivienda a buscarlo.

Genial, no había caminado ni cinco metros cuando un trueno me hizo frenar en seco, definitivamente la lluvia no tenía ni la mínima intención de amainar. Seguí el camino y tomé un atajo un tanto oscuro para llegar al mirador, pero no me daba una pizca de miedo, el country era muy seguro. Una vez que llegué abajo, pude verlo más claro y estaba completamente empapado, podría haber apostado que ni una prenda de las que tenía puestas estaba seca, porque la cazadora de cuero que llevaba cuando estuvo en la fiesta se la había quitado. Lentamente comencé a acercarme sin perderlo de vista, estaba apoyado en la gruesa baranda de concreto, se notaba por su posición de que estaba frustrado. No pude evitar fijarme en sus atribuciones, algo que jamás había pasado por mi cabeza, pero verlo en ese estado lograba que mi imaginación trabajara, su físico era estupendo y se dejaba traslucir gracias a que sólo llevaba una camiseta de algodón encima. Tenía una espalda triangular bastante trabajada al igual que sus brazos, aunque no en exceso, y qué decir de lo que seguía hacia abajo, por mí me hubiera quedado horas admirando lo perfecto que era por detrás, sin embargo, salí de mis pensamientos cuando recordé que estaba lloviendo y que eran alrededor de las cinco de la madrugada. Terminé de caminar los pasos que faltaban para acercarme a él lo más silenciosa que pude.

(...)

Found You On A Rainy Night ➵ Joe Jonas (One Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora