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Un, dos, tres.

Tres segundos y sus labios ya estaban sobre los míos, capturó mi inferior con sensualidad y fue suficiente para impulsarme a tomar otro ritmo. Llevé mi mano derecha hasta su cuello y sentí como él arrastraba lentamente sus manos por mi espalda hasta llegar a mis caderas. Su lengua se adentró a mi boca pasando entre mis labios y pude degustar un dejo del chocolate que habíamos estado bebiendo hacía unos minutos, una de sus manos levantó lentamente el borde de mi camiseta para así acariciar mi epidermis con la yema de sus dedos, algo que me estremeció por completo.

Jamás se me pasó por la cabeza que algo así podía ocurrir, era un escenario tan improbable, es decir, yo con el hermano de mi mejor amigo, casi a las seis de la madrugada, besándonos frente a la chimenea de la casa de mis tíos durante una noche de tormenta y sin electricidad. Confirmé que lo que me pasaba con Joe no era algo simplemente platónico, como pensaba las veces que lo veía cuando me juntaba con Kevin y luego comentaba con mis amigos que era guapo, porque la mayoría estaban locas por él. Y sí, sobre todo agradecía al tequila por darme las agallas para ir a buscarlo al mirador aquella noche.

No me di cuenta y ya se encontraba sobre mí plagando de besos mi cuello mientras sus manos recorrían mi abdomen ya descubierto, mi camiseta llevaba unos minutos siendo parte del decorado. Una vez que sus labios se volvieron a encontrar con los míos, sentí como la hebilla de mi vaquero ya no hacía más presión y el cierre era bajado, escalofríos invadieron mi cuerpo cuando su mano se coló entre mi ropa interior y la tela del vaquero para así comenzar a quitarlo. Debía reconocer que la tormenta hacía mucho más excitante la situación, lo fuerte que caía el agua y los estruendosos truenos, además de que sólo nos iluminaba la anaranjada luz que provocaba el fuego de la chimenea. En un momento comencé a necesitar sentir su piel sobre la mía, ya que la bata no había abandonado su cuerpo, así que bajé mis manos desde su cuello para filtrarlas bajo la gruesa tela y recorrer con caricias su trabajado pecho hasta llegar a su bajo vientre en donde soltó un suave gemido sobre mi boca algo que me incitó a seguir, la prenda ya estaba bastante desarmada, una sonrisa se curvó en sus labios y él tomó mis manos sin separarse de mí para guiarlas al nudo de la bata, por lo que yo muy obediente entendí su mensaje y lo desarmé. Comencé a quitarla, pero no podía del todo por lo que él se separó quedando hincado y la quitó de su cuerpo dejando al deleite de mi vista su pulcra anatomía, me apoyé en mis antebrazos y mantuvimos un fuerte contacto visual por unos segundos, era increíble como su mirada podía cambiar, el deseo que veía en sus ojos era enorme, esa mirada tan profunda me mataba, recorrí con mis ojos su cuerpo y no pude evitar morderme el labio inferior, era tan perfecto, en todo sentido. Se acercó nuevamente hasta mi boca y me besó con fervor llevando su mano a mi espalda con un solo objetivo: el broche de mi brassier, lo quitó delicadamente dejándome recostada otra vez, sus labios se posicionaron sobre mis hombros entregándole húmedos besos para así comenzar a bajar por un determinado camino hasta llegar a la loma de mis pechos logrando que miles de sensaciones recorrieran mi cuerpo por lo que enredé mis dedos en su cabello tirando levemente de él, estaba logrando más cosas de las que podía imaginar.

Nuestros pechos subían y bajaban rápidamente debido lo agitada que estaban nuestras respiraciones, recorrí su torso con suaves besos para luego llegar nuevamente a sus tentativos labios y presionarlos contra los míos. Ya ni una prenda se interponía entre nosotros, por lo que sentí sus manos separar mis piernas para luego acomodarse entre ellas y así entrar en mí sin separar su mirada de la mía. De un principio fue dulce y delicado, sin que yo dijera absolutamente nada fue lento para no hacerme daño, pero luego de un momento yo empecé a desesperarme y como pude aumenté la velocidad, quería ser suya por completo y él captó le mensaje de inmediato sacando todo un lado salvaje y lujurioso que me tenía encantada. Besó nuevamente mis labios y luego siguió con mi cuello proporcionando leves y sexies mordiscos, estaba extasiada, me sentía en el cielo además de que sus suaves gemidos eran una hermosa melodía para mis oídos.

Sus labios se unieron con los míos en un deseoso beso y sus movimientos se agilizaron, ya llevábamos bastante siendo uno, la lluvia se había calmado y de vez en cuando se escuchaba un pajarito cantar, por lo que de un momento a otro sentí que el placer se apoderó de cada centímetro de mi cuerpo seguido de una explosión dentro de mí y no pude evitar enterrar mis uñas en su espalda soltando un fuerte gemido que él imitó, habíamos llegado al clímax. Él cayó rendido a mi lado desprendiendo un sonoro suspiro por lo que lo observé, tenía los ojos cerrados y una delgada capa de sudor cubría su cuerpo.

— Eres... Eres increíble —dijo sin abrir los ojos y acarició mi cintura.

— Y tú no te quedas atrás —le respondí acariciando su mejilla con mi nariz para luego acurrucarme en su hombro y acariciar su torso.

La luz no volvía y nosotros seguíamos igual, sin movernos intentando recuperar el aliento, el sudor de nuestros cuerpos se había helado por lo que Joseph se movió un poco para taparnos con la delgada manta, me volvió a abrazar y con su mano derecha comenzó a proporcionar caricias bajo la tela mientras yo mantenía los ojos cerrados y simplemente disfrutaba del momento. Sentí sus labios sobre mi piel y de inmediato me estremecí, era tan delicado y sensual, moría por dentro, subió sus besos por mi brazo pasando por mi hombro y mi cuello hasta llegar a mi boca donde capturó mis labios para comenzar un ansiado beso que de inmediato respondí. Su lengua batallaba con la mía mientras él seguía acariciándome con la yema de sus dedos mi abdomen y luego mi espalda, tenía claro a donde quería llegar, nuevamente. Se acomodó sobre mí sin separar sus labios de los míos mientras yo no dejaba de acariciar su torso, manteníamos un frenético beso cuando sentimos un gran golpe y nos separamos unos centímetros mirándonos aterrados.

— ¿Qué fue eso? —Joseph susurró sobre mis labios abrazándome.

— No tengo idea —tragué saliva y en la entrada de la sala apareció alguien que en ese momento no tenía ganas de ver.

— ¡Por Dios! ¿Qué significa esto? —gritó dentro del shock y la rabia, yo quedé estupefacta, nunca lo había visto así.

— Kevin —soltó Joe asustado y se paró tapándose con la bata—. Fue mi culpa —yo no sabía que decir, me senté tapándome con la manta mirando atónita la situación.

— Lo suponía —dijo con un tono alto y enojado, por lo que su hermano dio un paso hacia atrás—. Megan, me aburrí de llamarte para saber si estabas bien por el corte de luz y tú estabas acá acostándote con este —nunca me había hablado así y yo simplemente no podía responder, estaba pasmada, jamás pensé que algo así podría ocurrir.

— ¡Oye! —reprochó su hermano molesto y yo tragué saliva.

— Nada, Joseph, nada. Antes que nada, tienes novia, además, tu fama de mujeriego no ayuda, a Megan no le harás daño. No puedo creer que te hayas aprovechado —podía ver la rabia de Kevin y sinceramente si le daba un puñetazo no me hubiera extrañado.

— No tengo novia, —respondió Joe— ya no, y bueno, quizás tienes razón, pero esto fue... Diferente, no podría hacerle daño —dijo algo confundido y yo me extrañé. Pude ver como Kevin tenía intensiones ya de golpearlo y me paré tapándome con la manta para interponerme.

— ¡Golpes no! —grité y detuve a Kevin, eso fue lo único que salió de mi boca.

— Tú jamás vas a cambiar, Joseph, jamás. Tienes el descaro de acostarte con mi mejor amiga —seguía con rabia, pero al menos había controlado las ganas de golpearlo, yo simplemente negué con la cabeza.

— Kevin, basta —gritó algo incómodo—. Yo... Yo estoy enamorado de Megan, siempre lo he estado, desde que ella va a casa hace años. Esperaba que te fuera a ver sólo para verla, ella no es una más de mis conquistas, ella es única, a ella realmente la amo —yo estaba en shock y sabía que Kevin también, los ojos de Joe brillaban. Eso sí que no me lo esperaba, yo aquella noche apenas había descubierto que realmente me gustaba—. No miento, de verdad que no lo hago y ahora más que nunca no quiero seguir ocultando lo que siento —su mirada pasó de Kevin hacia mí—. Te amo, Megan.

Fin

Abierto como final de oneshot. 🌝
Espero que hayan disfrutado a este Joe veinteañero y perdón por la mala redacción/gramática/etc., lo escribí el 2009-2010. 😰
Si aman a Joecito, vayan a leer mi novela "Almost Perfect". 😏
Un besito. 💕

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Found You On A Rainy Night ➵ Joe Jonas (One Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora