Humana indigna

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Poco después de que la pared desapareciera, Reiji y sus hermanos comenzaron a moverse. Pero fue Ayato el que actuó impulsivamente, como era de esperarse.

─ ¿Qué se cree el viejo? Llevársela sin mi permiso ¡Que se joda!

Ayato abrió la puerta de la habitación. Probablemente en su búsqueda.

─ Ayato ─ Shuu lo miró intensamente. Ayato parecía haber captado el mensaje detrás de esa mirada. Probablemente era lo mismo que él estaba pensando.

No vayas detrás de él

─ ¡No jodas! ¡Ella me pertenece! ¡Ese viejo no puede llevarse como si nada la pertenencia de Ore-sama!

Haciendo un gran alboroto, Ayato salió de la habitación. Después de un gran silencio, poco a poco todos fueron saliendo de la habitación.

­─ Él se la ha llevado ─ Kanato le hablaba de nuevo a su oso de peluche ─ Se supone que pasaría el día con ella ─ se lamentaba un poco mientras salía.

Reiji también se disponía a salir, cuando fijó su mirada en Subaru. El menor de sus hermanos estaba mirando la ventana por la cual su padre había salido hace unos momentos.

─ Subaru ─ llamó su atención ─ ¿Te quedarás en la habitación?

Subaru simplemente bufó y salió de la habitación. Después de ese acontecimiento era normal que nadie estuviera de buen humor.

Saliendo de la habitación se dirigió de regreso a su laboratorio.

Los libros que ocupó hace un momento seguían ahí. Libros desde maldiciones antiguas hasta trastornos del sueño en humanos.

Su padre se llevó a la chica para "liberarla" de la maldición. 

¿Cómo lo haría? 

Magia era una respuesta lógica. Pero ella al ser humana, exponerse demasiado a diferente tipo de magia la terminaría por matar; o en el peor de los casos contaminar su sangre.

Aunque no era en totalidad humana.

Reiji aún recordaba con desprecio el momento en que la madre de los trillizos reveló que su corazón había sido implantado en el cuerpo de Yui.

Ella era humana. Pero tenía dentro el corazón de la hija del rey demonio.

¿Cómo planeaba entonces liberarla? Lo pensó por unos pocos segundos. Pero reformulo su pregunta.

¿Cómo la hubiera liberado él de no habérsela llevado su padre?

Eso era interesante. Una maldición de ese tipo en una chica humana con un corazón especial desafiaba un poco sus conocimientos en pociones. Tenía que tener en cuenta su condición de humana, determinar qué tipo de maldición era, las consecuencias a su sangre y cuerpo. Había mucho que analizar.

Por el bien de una futura investigación, decidió continuar con la fabricación de la poción como si la necesitara ahora.

Los libros le mostraban diferentes tipos de maldiciones y algunas curas, pero ningún libro mencionaba con exactitud el tipo de maldición que la poseyó.

Aquel hombre que la maldijo podría haber creado su propia maldición especial para la chica a la que todos llaman "Eva".

Debía haber algo que pasaba por alto. Tomó otro libro de su estantería y se sentó en el sofá para leer calmadamente.

Había gente que desarrollaba nuevas maldiciones, pero estos tenían que ser guiados por brujas. Las brujas les enseñaban nuevos métodos a personas con buenos niveles de magia y dispuestos a serles útiles algún día.

Se mofó. La única utilidad que encuentran las brujas en algunas personas del Makai, es para ser sacrificados o utilizados como ingredientes en algunas de sus cosas.

─ ¡Oye, Reiji! ¿Dónde estás?

Ayato. Había pasado tanto tiempo investigado que se olvidó de él.

Abriendo la puerta, lo volvió a llamar cuando lo vio.

─ ¡Reiji!

─ Ayato, por favor no seas tan ruidoso.

─ Te buscaba.

Eso era raro. ─ Oh. ¿Se podría saber para qué?

─ ¿Tienes algún tipo de información de la mansión en el Makai? Fui ahí pero todos son unos inútiles.

¿Por qué no le sorprendía que Ayato hiciera algo imprudente?

─ No he escuchado nada en particular─ Reiji no tenía ningún tipo de responsabilidad por las acciones de sus hermanos. Pero de cierta manera, si él ocasionaba algún tipo de problema en el Makai, él de alguna manera se vería envuelto ─ más importante ¿Por qué has ido al Makai? ¿Sigues empeñado en encontrarla? ─ Que pregunta, era obvio que la quería de regreso ─ Si es así déjalo de una vez. Nuestro padre ha dicho que la traerá de regreso una vez que esté libre de la maldición.

No había mucho que hacer. Si esa persona dijo que la traerá así será.

─ Por supuesto que la estoy buscando. Ore-sama no permitirá que se le quite como si nada su presa. Menos esa persona.

¿Una presa? No le creía para nada. De entre todos, Ayato era una de las personas que la consideraba más que una presa.

─ Oh vaya ¿Una presa? Y yo pensaba que ella era alguien importante para ti.

─ ¡No digas estupideces! Su sangre es de buena calidad. Ore-sama no se permitirá perder tan buen aperitivo.

No negaría que la chica poseía una sangre muy dulce.

─ Si así lo dices...

─ Como sea ─ Ayato estaba por irse ─ Si no tienes información sobre la supuesta invitada, me largo.

─ ¿Invitada? ─ Eso despertó su interés.

─ Ah, sí. Los sirvientes estaban preparando una habitación para una supuesta invitada del viejo, Bueno, si tú no tienes nada seguiré investigando.

Y así,  Ayato salió del laboratorio.

¿Una invitada? Era algo inusual. ¿Se trataría de ella? 

¿En verdad aquella persona pensaba regresarla?

Volvió a pensar en las palabras que le dijo a Ayato.

"Una persona importante para ti"

Eso era ella para Ayato 

¿Pero para él? 

Desde que llegó no ha sido más que una humana indigna y con falta de educación. Pero no podía negar que le resultaba divertido el disciplinarla correctamente.

Hacer algún tipo de movimiento ahora era una pérdida de tiempo. Sin saber la ubicación exacta de donde podría tenerla o algún indicio de que se esté llevando acabo la limpieza de la maldición, no había mucho por hacer. En todo caso mantendría a un familiar pendiente de alguna señal de ella o de su padre.

─ No es propio de mí hacer algo por una humana indigna. Pero ha pasado tanto tiempo desde que corregí a una chica, además de que su sangre es de buena calidad. Hasta que sea el momento, yo también tomaré mi parte de ella.

Komori Vol. IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora