Me han amarrado a la camilla del hospital. Los policias se han ido a organizar la información que tienen para capturar a J. Espero que encuentren al maldito.
Escucho en mi cabeza todas las bofetadas que me dió para que hiciera lo que él quisiera asi fuera que me moviera y no lo había escuchado bien con la música alta que tenía.
Y solo quiero irme y desaparecer para que nunca me encuentre.
Lucho contra mi confinamiento intentando de moverme lo suficiente como para que algo se rompa.
En esa, llega mi madre.
"Pia, por qué estas así?" Dice mi madre preocupada y desesperada. Ella llama a mi padre que le diga a la enfermera para el sedante.
¿Acaso piensas que no te escucho? Queriendo sedar a tu hija por el minuto. Cuando escucho eso, simplemente paro de forcejear. Reclino mi cabeza nuevamente y espero la inyección en mi brazo.
Desaparezco.
