Capitulo 3.

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Nicky, perdoname wey, loviu.

Louis vió hacia el hombre castaño claro por el rabillo del ojo mientras limpiaba la barra.
¿Sty? ¿Sten? No podía recordar.
Harry le había dicho el nombre del idiota, pero se le había salido de la cabeza.

Fuera cual fuera el nombre del hombre, seguro que no se merecía a alguien tan caliente, inteligente, divertido y tan simplemente agradable como Harry. El imbécil todavía estaba con los dos putos, Cameron y Dave, presionándose entre ellos en una de las cabinas privadas. Louis negó con la cabeza. Algunas personas no sabían cuando tenían algo bueno.

Vio el reloj marcando la una con cuarenta y cinco minutos. El área del bar se cerraría en pocos minutos, es decir, todos, excepto los miembros que habían alquilado una habitación para la noche tendrían que salir. Louis rió para sus adentros, infantilmente satisfecho de que iba a llegar a echar al tramposo y a los putillos.

Esperó diez minutos, luego se paseó hacia la cabina en penumbras, donde el indigno novio de Harry, Stan,—ese era su nombre—tenía la lengua en la garganta de Dave y su mano encima de la camisa de Cameron. Louis se aclaró la garganta y los tres saltaron, apartándose.

"Hora de cierre." Louis señaló con el pulgar por encima del hombro.
"Fuera."

Dave y Cameron le dieron las buenas noches y se fueron, como buenos chicos, los brazos uno alrededor del otro. Stan se levantó y se le quedó viendo desolado.

"¿Estás sordo o qué?" Le dijo Louis, son molestarse en ocultar el desprecio de su voz. "Es hora de volver a casa. Si te deja entrar, por supuesto."

La expresión de Stan se volvió tormentosa. "Ocúpate de lo tuyo."

Louis se cruzó de brazos y le dió a Stan una mirada curiosa.
"¿Eres realmente tan estúpido como pareces?"

Stan se sonrojó, con un tono de rojo peligroso.

"¿Qué?"

"Es sólo que tienes un gran tipo." añadió Louis, haciendo caso omiso de los puños de Stan y la mueca en sus labios. "No sólo es increíblemente caliente, es muy agradable también. Le dí una oportunidad y me rechazó. Dijo que estaba con alguien. No, por lo menos uno, podría pedir algo mejor que eso. Y mira cómo actúas. Así que imagino que eres estúpido."

"¡Cierra la puta boca!" siseó Stan. "No puedes hablarme de esa manera."

"Es curioso, no parece que vaya a tener ningún problema." sonrió Louis. "¡Lárgate de aquí, ahora! ¿Ves eso? Simplemente lo hice de nuevo. Tan fácil como un pedazo de pastel."

Por un segundo, Louis pensó que Stan iba a pegarle. Una parte de él esperaba por eso. Se moría de ganas de golpear al hombre adecuado en su perfilado mentón. Estaba decepcionado cuando Stan, en su lugar eligió señalarle con el dedo una advertencia frente a su cara.

"Escucha esto." Gruño Stan. "No sé quién carajos te crees que eres, pero no puedes salirte con la tuya diciéndome ese tipo de cosas a mi."

"Claro que puedo." dijo Louis alegremente. "Eres un mentiroso, engaño de mierda, salido del espacio que evidentementemente no puede ver cuando tiene una cosa buena, y cuando no."

Louis observaba divertido como Stan abría la boca y la cerraba, como un pez. ¿Qué infiernos vería Harry en este idiota?

"Bueno, al menos no me desnudo para una habitación llena de pervertidos." escupió Stan, con los ojos brillantes de triunfo.

Louis se echó a reír, dejando a Stan con la boca abierta de confusión al no hacer nada por desmentirle.

"¿Quieres decir como tú?" jadeó, secándose las falsas lágrimas de sus ojos. "Hey, si eso es todo lo que tienes, harías bien en darte por vencido ahora. He oído hablar cosas muchos peores de algunos mucho mejores que tú. Y ahora mismo estamos cerrando. Lárgate antes de que llame a la policía."

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