Capitulo 1. ¿Bae? ¿Eso siquiera es una jodida palabra?

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Me estaba jodiendo, me estaba malditamente jodiendo.

-Mamá, ¿no puedes esperar hasta que llegue Aaron?, sabes que él haría más productivo el proceso.

Sonreí pese a mi horrible estado de humor. Mi madre verdaderamente me odiaba, eso o tenía el SPM* (Síndrome pre-menstrual)

-Nic, el maldito supermercado no está más que a 10 minutos de aquí.

-Iba a salir con los chicos mamá. - Mascullé.

-Lo sé Nic, lo sé. - Suspiró.

-Solo hazme el jodido favor de acompañarme unos minutos, comprar las cosas para la cena, y luego si quieres haces lo que te de la p*ta... - Se calló abruptamente. -Gana - Finalicé sonriendo.

La gente se preguntaba de donde sacaba mis tan notables buenos modales al hablar, pues todos eran perfectos en mi familia. Lo que no sabían los vecinos, es que la "dama" que es mi madre, solo es un jodido personaje para los chismosos que no tienen vida propia.

-Lo haré, solo relájate Abie. - Respondí.

-Mamá, dime mamá, joder. - Me dijo molesta.

Mi sonrisa aumentó al escucharla maldecir otra vez. Mi humor mejoró notablemente.

Seguí a mi madre por el pasillo, hacia las escaleras.

-Llama a tu hermana y dile que iremos al super.

Asentí.

-¡SUSIE BAJA YA, MALDITA  VAGA! - Grité.

Oí a mi madre gruñir.

-Me estas poniendo de los nervios hoy, Nicole. Eso puede hacerlo cualquier imbécil, sube y baja con tu hermana ya.

Vi amenaza en su mirada, y esa fue la señal para decirme que no aguantaría más tonterías.

Subí las escaleras de dos en dos, hasta la habitación de mi tan adorada -insertar ironía aquí- hermana.

-Enana baja de una maldita vez.- Dije mientras abría la puerta de su habitación rápidamente, encontrando a mi hermana en una ridícula situación. Intenté no reírme, pero como siempre, fracasé en el intento.

-¿Que mierdas haces con los tacones de mamá?- Pregunté.

Ella realmente estaba bailando con tacones y un vestido tan corto que parecía de una prostituta.

Solté otra carcajada.

-Cállate estúpida, ¿que no sabes tocar la puerta?- Me gritó con las mejillas coloradas de la vergüenza.

La canción de Rihana seguía sonando mientras la mocosa sonrojada intentaba quitarse los tacones de mamá.

-Eres increíble Susie.- Sonreí con malicia.

Me senté en su cama, mientras la veía cambiarse de ropa.

-Mamá te matará si se entera de lo que hacías.- Le dije burlonamente.

-No se enterará.- Me respondió seguidamente.

-Ah ¿si? , ¿Quién dijo que no, enana?

-Yo, y mis pruebas de que saliste la otra noche con los chicos a escondidas de mamá.- Me dijo con sonrisa burlona.

Entrecerré lo ojos y ella me sacó la lengua.

-Gnomo.- Le dije levantándome de su cama.

-Estupi...- El insulto fue interrumpido por el estridente grito de nuestra madre.

You're beautiful, bae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora