Me quedé de piedra, los jodidos tíos buenos estaban robando los chocolates.
Gruñí. Yo podría tolerar todo menos eso. Era el maldito supermercado de la señora Martínez, amiga de mi abuela, y persona totalmente querida por mi familia, incluida yo.
Mi hermana miró en la misma dirección que yo, y se quedó igual. Dí un paso adelante, y sentí la mano de Susie detenerme.
-Nic, ni te atrevas a decirles nada, no sabes con quien te metes.- Me miró seria.
-Enana, no les tengo miedo a esos imbeciles, no pueden robar y yo quedarme mirando sin hacer nada, las cosas no son así.- Dije muy indignada.
-¿Desde cuando te importa lo que hagan los demás?- Preguntó curiosa.
-Desde que le roban a la señora Martínez, ella está mayor y no necesita que unos niñatos le roben su mercancía.- Caminé hacia los chicos que minutos antes me calleron "bien" y me paré en frente de ellos.
-¿Ven, chicos? les dije que no se iría sin pedirme el número.- Dijo arrogantemente Dylan.
Bufé. -No vine a pedirte el número, imbécil.
Los otros chicos silbaron con sorpresa y la sonrisa de Dylan se esfumó.
-He venido a decirles que dejen lo que han cogido en su lugar, si no quieren problemas.
Dylan rió irónicamente. -Pelirroja, si sabes lo que te conviene, da la vuelta ahora mismo, dejándome ver ese precioso culito que tienes, y te vas por donde has venido.- Dijo acercándose de forma intimidante.
Ahora la que rió fui yo. -Si sabes lo que te conviene a ti, harías lo que te dije.- Tenía el presentimiento de que, si la discución seguía así duraría más de lo que quería.
Escuché unos pasos detrás mío, y recordé a mi hermana. -Nic, debemos irnos, mamá debe estar esperandonos.- Me murmuró.
-Si Nic, deberías hacerle caso a tu hermanita.- Se rió
Mi enfado comenzó a burbujear poco a poco.
-Susie, ve yendo tú, y dile a mamá que estoy ocupada. -Mi mirada se posó en Dylan y para mi desagrado, él mantenía su sonrisa arrogante.
-Si no lo haces iré a decírselo al encargado.- Le dije entrecerrando los ojos.
-No lo harás.- Le vi aumentar su sonrisa,cosa que me enfureció más.
-Mírame.
Él le habló ahora a mi hermana. -Susie, más bien dile a tu madre que tu hermana no irá en un buen rato.
Fruncí el ceño ante la confianza de Dylan con mi hermana. Y mi cara mostró aún más mi enfado cuando sentí sus manos alrededor de mi cintura, segundos antes de que él me levantara y cargara sobre su hombro.
Solté un grito. -¿QUÉ HACES?, JODER.- Sus manos rozaron la piel que no cubría el top que vestía, y eso hizo erizarme completamente, sus manos ardían al contacto con mi piel fría, y mi corazón empezó a palpitar rápidamente. Sus manos pasaron a mi trasero firmemente para sostenerme, cosa que me enfureció. Él no era nadie para tocarme, ¿Quién coño se creía que era?
-Deberías lavarte esa boquita, pelirroja. Sueltas muchas palabrotas.- Habló cerca de mi hombro. Su aliento chocó contra mi cuello haciéndome cosquillas.
-¿Y a ti qué mierdas te importa?- Respondí irritada. -Bájame ya, imbécil.
Empezó a caminar conmigo aún a cuestas, alejándose de sus amigos y de mi hermana, los cuales se mantenían en su lugar.
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You're beautiful, bae.
Novela JuvenilNicole Grenne podría definirse en pocas palabras, borde y sin pelos en la lengua. Dylan Braun sin duda no era el típico chico que saldría con una chica como Nicole, pero los polos opuestos se atraen, no? Él era el chico malo, y ella la chica "buen...