Capitulo 2. -No lo harás. -Mírame.

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Me quedé de piedra, los jodidos tíos buenos estaban robando los chocolates.

Gruñí. Yo podría tolerar todo menos eso. Era el maldito supermercado de la señora Martínez, amiga de mi abuela, y persona totalmente querida por mi familia, incluida yo.

Mi hermana miró en la misma dirección que yo, y se quedó igual. Dí un paso adelante, y sentí la mano de Susie detenerme.

-Nic, ni te atrevas a decirles nada, no sabes con quien te metes.- Me miró seria.

-Enana, no les tengo miedo a esos imbeciles, no pueden robar y yo quedarme mirando sin hacer nada, las cosas no son así.- Dije muy indignada.

-¿Desde cuando te importa lo que hagan los demás?- Preguntó curiosa.

-Desde que le roban a la señora Martínez, ella está mayor y no necesita que unos niñatos le roben su mercancía.- Caminé hacia los chicos que minutos antes me calleron "bien" y me paré en frente de ellos.

-¿Ven, chicos? les dije que no se iría sin pedirme el número.- Dijo arrogantemente Dylan.

Bufé. -No vine a pedirte el número, imbécil.

Los otros chicos silbaron con sorpresa y la sonrisa de Dylan se esfumó.

-He venido a decirles que dejen lo que han cogido en su lugar, si no quieren problemas.

Dylan rió irónicamente. -Pelirroja, si sabes lo que te conviene, da la vuelta ahora mismo, dejándome ver ese precioso culito que tienes, y te vas por donde has venido.- Dijo acercándose de forma intimidante.

Ahora la que rió fui yo. -Si sabes lo que te conviene a ti, harías lo que te dije.- Tenía el presentimiento de que, si la discución seguía así duraría más de lo que quería.

Escuché unos pasos detrás mío, y recordé a mi hermana. -Nic, debemos irnos, mamá debe estar esperandonos.- Me murmuró.

-Si Nic, deberías hacerle caso a tu hermanita.- Se rió

Mi enfado comenzó a burbujear poco a poco.

-Susie, ve yendo tú, y dile a mamá que estoy ocupada. -Mi mirada se posó en Dylan y para mi desagrado, él mantenía su sonrisa arrogante.

-Si no lo haces iré a decírselo al encargado.- Le dije entrecerrando los ojos.

-No lo harás.- Le vi aumentar su sonrisa,cosa que me enfureció más.

-Mírame.

Él le habló ahora a mi hermana. -Susie, más bien dile a tu madre que tu hermana no irá en un buen rato.

Fruncí el ceño ante la confianza de Dylan con mi hermana. Y mi cara mostró aún más mi enfado cuando sentí sus manos alrededor de mi cintura, segundos antes de que él me levantara y cargara sobre su hombro.

Solté un grito. -¿QUÉ HACES?, JODER.- Sus manos rozaron la piel que no cubría el top que vestía, y eso hizo erizarme completamente, sus manos ardían al contacto con mi piel fría, y mi corazón empezó a palpitar rápidamente. Sus manos pasaron a mi trasero firmemente para sostenerme, cosa que me enfureció. Él no era nadie para tocarme, ¿Quién coño se creía que era?

-Deberías lavarte esa boquita, pelirroja. Sueltas muchas palabrotas.- Habló cerca de mi hombro. Su aliento chocó contra mi cuello haciéndome cosquillas.

-¿Y a ti qué mierdas te importa?- Respondí irritada. -Bájame ya, imbécil.

Empezó a caminar conmigo aún a cuestas, alejándose de sus amigos y de mi hermana, los cuales se mantenían en su lugar.

You're beautiful, bae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora