🎤[2] El lado oscuro de la industria.

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Un año de carrera exitosa tras haber sido telonera de Lost Kingdom me costó una parte de mi salud mental.

Luego, a dos años de eso, no estaba pasando un buen momento cuando en Kindest me exigían perfección y aquello era algo con lo que yo no me veía reflejada porque no había desastre más imperfecto que yo.

Comenzaron a sexualizar mi imagen y le llamaron «éxito».

Le llamaron ventas.

Todo eso me había llevado hasta hoy: una lucha constante por conservar mi esencia y lo que me hacia yo. No tenía ni idea de lo difícil que sería sobrevivir a un servicio consumista como lo era la industria musical hasta que lo que era un sueño comenzó a convertirse en pesadilla.

Y es que... para las mujeres es más difícil mantenerse en la mira, es difícil triunfar en este mundo, porque en muchas ocasiones siempre hay favoritismo con el género masculino.

A ellos no los juzgan tanto como a nosotras, a ellos no les exigen tanto como a nosotras.

—Bien, Shelly... hemos terminado por hoy. Lo has hecho excelente

Reconozco la voz de mi productor que habla desde el exterior de la cabina y me quito los auriculares, dejándolos sobre el micrófono y le miro. Kevin McCalloway me regala una sonrisa que me veo en la incapacidad de devolverle mientras meto mis manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta, retrocedo un paso para salir de la cabina de grabación e irme a casa a descansar.

Si es que puedo irme a casa, porque en el instante en que cruzo la puerta de la cabina para tomar mi bolso, Jane mi representante, entra al estudio y se me queda mirando antes de hablar.

—¿Lista con la grabación de hoy?

Asiento con la cabeza cuando pregunta. Hemos terminado de grabar la tercera quinta canción de mi tercer álbum, tercer álbum que deja mucho de mi como artista y lo que he crecido en estos últimos años sin perder mi esencia del principio.

Aunque... como me gustaría poder volver al principio, para tomar algunas decisiones distintas y saber que hacer en otras situaciones que he vivido.

—Bien, tienes la entrevista en Nowadays en una hora y la sesión de fotos para The Rolling Stones a las tres —indica la mujer en traje empresarial.

Jane me ha ayudado muchísimo y me ha puesto en el lugar que estoy, pero no es la mejor representante del mundo. Ella solo está aquí por el dinero que le produzco, como todo el mundo a mi alrededor, y siempre se quejan porque no dejo tanto como una popstar pero es que yo no soy una popstar.

Sale de la habitación, dejándome a solas con mi productor que está haciendo algunas cosas con la pista sonando bajo.

—Shelly ven acá —me llama.

Agarro mi bolso y doy pasos hasta detenerme a su lado. Él apenas me ha mirado.

—Podemos bajar un poco aquí el ritmo de la guitarra y agregar un eco con tu voz a esta altura de la canción —explica, volteando a verme y yo me inclino un poco para ver a lo que se refiere mientras señala lo que me explica.

Yo asiento, porque suena bien la idea y veo como baja un botón en el tablero frente suyo, haciendo que la intensidad del ritmo en la guitarra baje. Kevin sonríe y siento su mirada sobre mi, en un segundo siento como tiene su mano en mi espalda baja, donde mi piel está desnuda y la deja allí, haciendo un movimiento del que me doy un paso hacia atrás, alejándome suyo y viéndolo con el ceño fruncido.

—¿Qué ha sido eso? —le cuestiono desconfiada.

El castaño de rizos que me dobla la edad menea la cabeza tranquilamente.

Entre Líneas de Canciones©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora