1X02 La legión de velocidad.

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EN EL CAPÍTULO ANTERIOR:

James Andrews, el egocéntrico policía tiene una vida llena de sexo, irresponsabilidades y muchas historias que no tiene con quien compartir. Su vida se basa en noches y mañanas de locura y llegar tarde al trabajo, pero un día su jefe le ofreció un trato para que así no perdiera su empleo; debería de pasar una tarde con su hija mientras él y su hermano se encargaban de unos asuntos, con la única condición de no sobrepasarse con ella, a James no le pareció problema hasta que notó lo hermosa que era. Astuto e inquieto por llevar a la hermosa chica a la cama, James planeó una tarde en donde luego de tomar unas copas todo saldría perfecto al plan, pero todo cambió cuando uno de los fenómenos que rondaban por la ciudad hizo su abrupta aparición.

Continuación.

Braulio: El dinero y joyas en el saco y nadie saldrá herido. —decía mientras uno de sus compañeros caminaba entre las personas abriendo el saco cada vez que se paraba frente a alguien.

Las personas no tenían más opción que entregar sus posesiones sin replicar.

James observaba todo con cautela, sin hacer algún movimiento para llamar la atención de los criminales que estaban frente a todos. Pero no dejaba de pensar que tenía que hacer algo, no podía quedarse allí sólo viendo, después de todo trabajaba para la policía de Ciudad Krystal, ¿no? Además, si Lía llegaba a casa y le decía a papi que hubo un robo llevado a cabo por personas fuera de lo común y que sumado a eso; James no hizo nada para impedir aquel robo, ¿qué podría pensar Harrison de uno de sus mejores policías? Tenía que tratar de hacer algo, no sólo por deber; sino por conveniencia propia.

Lía: ¡Es increíble! —exclamó, silenciosamente. —En Virginia también estaban.

James frunció el ceño.

James: ¿Qué?

Lía: Personas así. No aparecían constantemente, pero tuve la oportunidad de toparme con uno. —explicó, sin quitar la mirada de lo que sucedía. —De hecho, gracias a él estoy viva ahora. Me hubiera arrollado un camión si él no se estira y me quita del camino.

James: ¿Te salvó? Pero, toda esa gente sólo causa problemas.

Lía: No todos son iguales, James.

James: Aquí lo son. —dice, aclarándose la garganta.

Lía no tuvo interés en responderle y comenzar una discusión en medio de todo. Se limitó a torcer los ojos y continuar viendo.

El hombre de piel oscura que caminaba entre toda la gente quitándole sus posesiones cada vez se acercaba más a ellos, lo cual hizo que James tuviera una idea. En cuanto ese hombre se acercara, lo tomaría y haría que parara.

Braulio: Eddie, sé que tenemos todo el tiempo del mundo, pero preferiría que te apresuraras un poco. —dice, con tono de fastidio.

No paso mucho tiempo hasta que el hombre del saco se detuviera frente a James colocándole el saco lleno de joyas y billetes en su interior; advirtiéndole que ahora era su turno. Sin pensarlo James haló al hombre hacia sí mismo, le tomó un brazo por detrás de la espalda, doblándolo y haciendo presión en él; mientras que el otro se lo tenía sujetado, impidiéndole que tratase de liberarse. El saco cayó al suelo y la gente comenzó a hablar impresionada.

Lía quedó boquiabierta. Definitivamente, si James quería causar una buena impresión lo había logrado.

La gente le despejó el camino a James para que pudiera ver mejor al criminal que parecía ser el líder del peculiar trio.

Braulio: ¡Bravo! —exclamó, mientras aplaudía con cierto sarcasmo. —¡Me impresionas! —dijo con voz burlona. —¿James Wallace Andrews Gael, no es así? —James se estremeció cuando notó que el chico robusto delante de él, sostenía una pequeña tarjeta delante de él.

SOBREHUMANOS SERIES [SEASON 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora