Me encantaba ver como su hermoso cabello se agitaba con el viento, el movimiento de cada uno de esos finos y bellos hilos, que al ser iluminados por el sol, se reflejaban tal cual color bronce.
Keira Coast, ese era el nombre de mi chica, la chica del ceño fruncido, aquella que se había metido y echado raíz en lo mas profundo de mi corazón. Y allí estaba ella, siendo el núcleo de todo desde hace ya varios años, desde aquella época en la que si me preguntaban, no sabría como explicar la sensación de un corazón latiendo por solo oír un nombre, por tan solo escuchar una voz, o por verle a lo lejos e imaginar el sin fin de cosas que nos depararía el futuro, en aquella época, en la que ni siquiera sabría diferenciarle de cualquier otra molestia. Aunque siendo sincero, aun hoy en día, se me hace difícil expresar que era lo que ocurría en mi pecho, y aun ocurre...
-¿Keira?-
-Si Nate, soy yo-
-Wow, nunca, yo nunca creí encontrarte aquí- Realmente me sorprendía tenerla de pie junto a mi, pero aun mas me sorprendia saber que no estaba en un error, todo lo que había presentido era cierto, era ella, después de todo este tiempo, sin duda alguna era ella.
-Dímelo a mi, nunca imagine cruzarme contigo después de...- Se quedo callada por unos segundos, en su rostro podía verse claramente el calculo que hacia para si misma acompañada del movimiento de sus labios -Después de ocho años-
-Cierto, ya hace ocho años, cuan rápido pasa el tiempo-
-Ni que lo digas- Me miro de arriba a abajo y luego fijo nuevamente su mirada en mis ojos -¿Me podrías explicar en que momento, el pequeño y redondito Nate, se convirtió en este- hizo una pequeña pausa - en este atractivo chico, de metro ochenta, con cuerpo de atleta?
-En el mismo que esa pequeña y revoltosa Keira, se convirtió en toda una mujer- Y vaya que mujer, ella en verdad era realmente atractiva.
-¿Disculpa?- abrió sus ojos como dos platos y luego frunció su ceño como le era costumbre, mientras colocaba su mano derecha en el pecho y abría su boca simulando lo mejor posible estar ofendida. -¿A quien te atreves a llamar revoltosa?-
-A ti, si no mal recuerdo, lo único que tenias de señorita era...¿espera, tenias algo de señorita? sinceramente creí toda mi vida que eras un indio- Solté una pequeña risa que se volvió carcajada en el instante que ella comenzó a reír.
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Cada vez nos veíamos mas, jugábamos y peleábamos sin parar, discutíamos por lo que fuera, ya saben cosas que hacen los niños. Ella aun mantenía su ceño fruncido, pero yo ya no lo veía igual, para mi ya no tenia el mismo significado, no me ocasionaba miedo ni molestia, simplemente Encanto, curiosidad, y saben como es la curiosidad en los niños, si al gato se le considera un animal curioso, el niño simplemente, simplemente se escapa de los parámetros de curiosidad humana.
Faltaban menos de cinco minutos para que sonara la ultima campanada del día, y yo aun seguía como canario enjaulado dentro de la oficina de la directora, si exactamente eso, Natahaniel Evertt estaba en detención por haberse escapado de clase, era algo realmente inusual, nunca antes me habían puesto un dedo encima, venia haciendo esto desde hace ya casi seis años, y permanecía invicto hasta hoy.
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My bitch cold girl
Teen FictionSi buscas a un chico muy simpático, sociable y sobre todo atractivo, seguro el indicado es Natahaniel Evertt, el chico que siempre sonrie, regala abrazos y no dudara en animarte. Por otro lado tenemos a Keira Coast, la chica mas perra y fría de to...