Fantasmas.

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Las lágrimas se derraman sobre el colchón. 

¿Sabe querido lector? Llevo días llorando en mi cuarto, pero nadie se da cuenta. Han abierto la puerta infinidad de veces, pero no me miran.

Si supiera usted querido lector, la forma enfermiza en la que se gritan, delante de mí, como si no pudiera escucharlos, como si no me hiciera daño verlos.

Mama llora aferrada a mis ropas. Papa se va todo el día y vuelve tarde. Buen lector, empiezo a creer que están enfadados, que están enfermos de odio… y que, por alguna razón, es mi culpa.

Las coletas que llevaba ‘ese’ día, ya no existen, se desarmaron con el tiempo. Mis ropas están rotas, y mis ojos rojos e hinchados. Amado lector, es usted el único en el que confió, usted, que lee con tanto detenimiento mis lamentos, usted, que se da un minuto de su tiempo para comprender mi pesar.

He tratado siempre de llamar su atención. Realizo tareas difíciles, trato de preparar la comida, ordeno las camas. Pero no lo aprecian. Se asustan de mí.

Estimado lector, tengo miedo. 

Estimado lector, ellos podrán conmigo.

Estimado lector, estoy enferma. No hay forma de saberlo con certeza, pero lo siento en mi cuerpo. Mis padres han muerto, yo lo sé, y han sido remplazados por esos imitadores que, por más que viven en una misma casa, hacen como si no se conocieran, se gritan, se insultan. Se lastiman, lector, se lastiman mucho; palabras filosas cortan sus cuerpos, dejan heridas graves, yo lo sé porque las he visto, sangran mucho, pero no las curan, tan solo las dejan ahí, para que se infecten y duelan aún más.

Ayer comprobé lo que venía previendo, estoy enferma, el odio de esas personas se me ha contagiado. Las personas llamaron a otras, con raros aparatos se pasearon por la casa. Dieron con mi escondite, amigo lector, me han encontrado. No dejan de venir a molestarme, con el tiempo me han enfadado, y les tiro cosas…. Pero no les aterro, no les doy miedo.

Mis fuerzas se van, me cuesta caminar y mi cuerpo se siente pesado. Las personas ahora se hablan, han curado las heridas, lo sé porque ya no sangran. Querido lector ¿será que no me quieren con ellos? por eso me ignoran, por eso me temen. Ellos me odian, amado lector, me quieren muerta. 

Mi cuerpo no se mueve, ya no se moverá nunca. Las personas con máquinas raras me han dejado congelada. Lector, rosarios cubren mi escondite, realmente no creo en ningún dios…. pero si usted conoce alguno de confianza, por favor dígale que me ayude, que no quiero morir.

Mis ojos se cierran, es tiempo de irse. Las personas se fueron, mama y papa volvieron. No se gritan, no se miran con desprecio, han dejado de llorar sobre mi ropa he irse todo el día. Amigo lector, ellos me han olvidado. 

Estimado lector, ya no tengo miedo.

Estimado lector, pero ellos pudieron conmigo.

Mis ojos se cierran finalmente, tal vez, si muero, ellos dejen de atormentarse con  fantasmas que no existen. ¿Sabe querido lector? No he dejado de llorar aunque mis ojos permanecieran cerrados, y es que me he dado cuenta, que ya no puedo morir.

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⏰ Última actualización: Mar 08, 2014 ⏰

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