Capítulo 1: Peleas y discusiones

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—¡¿Acaso tu entrenamiento es más importante que yo?!—gritaba enojada una peliazul en la Corporación Cápsula.

—Ya lo hablamos—respondió cortante el príncipe de los saiyajin.

—Vegeta, llevo mucho diciéndote que tenemos que hablar, pero tú no me quieres escuchar—le dijo irritada.

—Qué sea rápido—dijo ya resignado, pero sin abandonar su tono de voz grave y severo.

—Llevamos mucho tiempo juntos, tenemos un buen hijo...—decía ya con un tono más dulce y calmado—. Pero deberías pasar menos tiempo entrenando y más tiempo con tu familia. ¿Recuerdas el viaje de hace un mes? Vi la expresión de Trunks, estaba muy feliz de que nos acompañaras, él te quiere mucho... Entiendo que tienes sangre guerrera y eso, pero soy tu mujer y él tu hijo, y necesitamos que estés con nosotros...

El saiyajin la miró desconcertado. Cerró los ojos con frustración mientras una venita se marcaba en su frente. Ambos adultos se encontraban sentados frente a frente en unas sillas del comedor; Bulma estaba bebiendo agua mientras que el príncipe sólo estaba ahí con los brazos cruzados.

—A Trunks lo estimo, después de todo es mi hijo y estoy orgulloso de él—dijo y ella sonrió, pero entonces el pelinegro abrió los ojos y la miró con un poco de desprecio—. ¡Pero tú ya no eres mi mujer!

—¡¿Qué?!—expresó indignada—. Me alegra que Trunks esté en casa de Goten para que no tuviera que escuchar qué clase de "hombre" eres, que además niega a su esposa—gritó molesta.

—Nunca nos casamos, maldita sea—su enojo se hacía evidente y su voz se oía un tanto distinta, como si estuviera conteniéndose en algo.

—¿O sea que por eso crees que puedes irte y acostarte con cualquiera? Dime algo, Vegeta, ¿acaso has estado con alguien o me has engañado?—le acuso harta ya de su actitud.

Vegeta comenzó siendo un guerrero frío y sanguinario, sin sentimientos. Pero entre ellos dos creció una "chispa" y, sin que nadie comprendiera cómo, terminaron juntos y tuvieron un hijo. Incluso aquel príncipe orgulloso se había sacrificado por ellos en aquella batalla contra Majin Buu. Pero ahora, las cosas iban empeorando, y cada día discutían cada vez más; Bulma siempre alegando que Vegeta sólo pensaba en entrenar, y el príncipe sólo respondía cortante para dar por finalizada la discusión e irse a quién sabe dónde.

—¡Contesta, Vegeta! ¿Acaso te has acostado con alguien? ¿Has visto a otra mujer?...

—¡Maldita sea!—gritó poniéndose de pie y golpeando la mesa con fuerza, a tal punto de romperla. Bulma se puso de pie inmediatamente y se alejó, para evitar lastimarse—. ¡Si dije que ya no eres mi mujer es porque tú fuiste la sabandija que fue a revolcarse con alguien más!

Era demasiado, sus acusaciones habían ido demasiado lejos y ya no podía contener aquello que se estaba acallando. Ella lo miró con sorpresa y nerviosismo.

—N-no sé de qué m-me estás hablando—trató de sonar indiferente, pero su voz la traicionó.

—¿Ah, no?—dijo con sarcasmo—. Ahora no intentes negar que te revolcaste con ese insecto llamado Yamcha. Y lo hiciste aquel día en que me fui a entrenar a una isla desierta porque la cámara de gravedad se había descompuesto.

—Pero... ¿cómo lo supiste?

—¿Acaso creíste que sólo éramos guerreros a los que les gusta pelear? Todos nuestros sentidos están más desarrollados que los de los humanos. Cuando llegué, tenían sus aromas combinados, sentí repulsión y náuseas, pero no dije nada. No creí que me creyeras tan estúpido como para que no me enterara—le dijo y la vio con asco—. Preferiría mil veces juntarme con una sabandija de clase baja, que a seguir contigo. ¡Yo, el príncipe de los saiyajin, que tiene sangre real y pura, podría rebajarse a estar con una guerrera de clase baja! Imagina con esto qué tanto asco me habrás dado como para orillarme a decir esto...—dio media vuelta, dispuesto a marcharse, pero antes quiso decir algo—. No le diré nada a Trunks, como te dije, lo estimo mucho como para decirle la clase de mujer que tiene como madre... Pero tampoco pienso dejarlo contigo tanto tiempo. Tan sólo tenga la oportunidad, lo alejaré de ti y me lo llevaré conmigo—declaró y se fue.

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