Conjunto de viñetas dedicadas al cumpleaños de Sawamura Eijun de Daiya no Ace el cual es el 15 de mayo. Sawamura es muy especial para mi beffa así que siguiendo una tabla de 7 días realice 7 viñetas con varias parejas que involucran a Eijun, y la te...
Notas: Este conjunto de viñetas, es debido al cumpleaños de Sawamura Eijun, el waifu de mi beffa Millenium y como ella lo ama tanto pues decidí hacer siete ff con diferentes temáticas que se mencionan en la tabla anterior, este es con el número 2 y escogí la opción de Rivals (Rivales) #WamuraBday2017
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Mi amado rival
Ellos eran reconocidos por ser polos opuestos en su totalidad. Uno era descrito como un ser humano frío debido a su escasez de palabras y el otro era un parlanchín que tenía palabras que expresaban cada una de sus emociones y un carisma que emanaba un calor deseable.
Pero ambos tenían cosas en común y la que más resaltaba era su rivalidad por el montículo, su ambición de ser el pitcher estrella del equipo, su amor al lanzar... sí, ellos eran conocidos por ser rivales de muerte.
En ese día en especial (15 de mayo) todos los senpais habían recaudado dinero en secreto para comprarle a Sawamura un pastel, el chico casi se echa a llorar al ser recibido en la práctica con la canción de cumpleaños y el enorme postre que era sostenido por Kuramochi y Miyuki.
Desde una esquina, Furuya Satoru observaba como los senpais embarraban de pastel a su rival y sentía una opresión en el pecho ¿envidia? ¿Tristeza? El pitcher monstruoso no quería pensar a fondo qué clase de sentimiento tenia ahora mismo.
Cuando la noche cayó, Furuya y Sawamura seguían dando vueltas con la llanta amarrada a sus cinturas hasta que escucharon como Yuuki los reprendía por ser tan obstinados acerca de competir así que los castigo haciendo que recogieran todas las pelotas.
Hubo un silencio sepulcral y Eijun cargaba con un rostro enfadado que no podía ocultar.
—Furuya—dijo con un tono serio que hizo que un escalofrío recorriera el cuerpo del pelinegro—tú... ¿lo olvidaste? —preguntó encarándolo y acercándose, Satoru le sostuvo la mirada unos cuantos segundos y después no le quedo de otra que mirar al suelo, resignado.
—No estés triste... no es como si fuera algo importante, anímate—y le palpó el hombro, pero en ese instante que volvió a alzar su cabeza notó como algunas lágrimas se acumulaban en las esquinas de los ojos de su compañero, él comprendía mejor que nadie esa manera de fingir "estar bien".
—Sawamura...—dijo con un tono preocupado y se dio por vencido rebuscando entre sus bolsillos, el castaño ni se había molestado en alzar el rostro, parecía incapaz de mantener su fachada de "despreocupación".
Satoru colocó frente a su rostro un peculiar llavero con forma de llanta y desvió la mirada avergonzado.
—No lo olvidé, pero es lamentable que yo al ser... tu... tu... ah...—suspiro y bajó la mirada sintiéndose patético—que yo solo te regale algo tan pequeño como esto, lo siento y feliz cumpleaños.
No tenía el valor para afrontarlo, se sentía tan diminuto que dolía.
Pero un suave calor que reconoció, reconforto su mano y entonces sintió como su energía aumentaba, levanto la cara y vio esa sonrisa que le enternecía el alma.
Eijun.
—Es perfecto porque me lo das tú Furuya, es todo lo que necesito, gracias por pensar en mí.
Y con un pequeño beso selló su agradecimiento logrando que aquel pitcher que todos tachaban de monstruo fuera dominado en escasos segundos.
Sawamura, su más grande rival... era la persona a la que más amaba en este mundo y la cual exterminaba sus inseguridades.
