Intercambio A Corea ® |Kim Taehyung|

Capítulo 30

NARRADOR

Alice llego a su habitación con una enorme sonrisa en su rostro, pero al tomar la perilla y abrir la puerta, esa enorme sonrisa se borro inmediatamente al ver el rostro frustrado y enfadado de un Jin sentado en la cama.

–¿Donde diablos estabas?. —Pregunto Jin por fin, a lo que Kim solo tenía una sonrisa burlona en su rostro.

–En mis clases dah, donde más. —Respondió Livingston sentándose en el borde de su cama.

–Deberias estar cuidando de Tae. —Señaló al Individuo de la silla.

–Si, claro, no tengo tiempo de estupideces. —Dijo sin apartar la mirada de los ojos de Jin.

–Deberias, el es tu amigo. —La menor soltó una carcajada socarrona, ante las palabras del mayor.

–Ya quisieras, el no es mi amigo. Tu y los demás lo saben, aun así siguen jodiéndome con eso. —Agregó ya enfadada por lo anterior que dijo el mayor de ellos.

–Aun asi tienes que ayudar en lo que puedas, si no el director nós mandara a detención a los dos. —El mayor se cruzó de brazos mirándola amenazante.

–¿Crees que no lo se?, Aun así no me importa. —Soltó de una vez con fastidio Livingston, pues realmente ya estaba arta de todo esto.

–¿Tus notas perfectas no te importan?, Sabes que llendo a detención pueden ir bajando. —La regañaba como si fuera su propia madre sobre protectora, cosa que claramente no era así.

–Sabes que discutir con Jin Hyung no te llevará a nada. —Hablo tae con tanta calma que tenía, que se quedo observándola un rato.

–¡Tu no te metas Imbéc?. —De tanto enfado que tenía que ya no sabia que hacer, así siguió hablando. —Realmente ya me case que siempre me anden a chocando a la persona que me desagrada, que siempre me la mencionen en todo momento, no quise decir nada porque, realmente no quería que se enfaden conmigo, porque es su amigo, pero realmente lo detesto y ya me tienen hasta la madre con que Kim esto, Kim aquello, ve a ver a Kim, siento que están contra mi, todos saben que jamás seremos amigos, no cambiare de opinión, no me importa si se enojan conmigo, pero realmente odio a su amigo y asi será siempre les guste o no. —Le grito al mayor por fin lo que sentía, vio la cara de enfado de Jin, así que decidió salir de su habitación para evitar seguir discutiendo con el, ya que ella igual se había enfadado.

–¿Estas bien? Jin Hyung?. —Le pregunto con un gestó de confusión al ver la cara de su Hyung.

–Si, estoy bien, no pasa nada, Tae solo me enfada que sea egoísta y que no quiera ayudarte cuando eso le dijo el director. —Suspiro sentándose en la cama frente al bronceado.

–Tranquilo Hyung, No la necesito, puedo hacerlo por mi mismo. —Le dedicó una sonrisa cuadrada que solo el sabia hacer. –Detesto admitirlo pero... Ella tiene razon, no nos agragradamos. —Dejó salir un suspiro de fastido por culpa de su compañera.

Por otro lado Alice, se encontraba saliendo de la universidad, ya que no quería ver a ninguno a sus amigos.
Jin realmente la hizo enfadar con sus tonterías, ella entendía que el mayor cuidaba de sus amigos como un padre, pero a ella no le gustaba el modo en el que todos le achocaban al bronceado y obligandola a ser su amigo cuando ninguno se soportaba mutuamente.

Se encontraba caminando con los audífonos puestos, maldiciendo mientras se alejaba demasiado, cada vez más del susodicho lugar del cual salió. Sin darse cuenta de que ya era de noche cuando la lluvia comenzó a caer empapandola por completo.

Seguía caminando sin rumbo ya hacia de noche por el enfado que sentía hacia Jin, no sabia que hacer, realmente le agrada mucho ese chico, era muy bueno con ella como todos lo eran, excepto el de tes bronceada.

De pronto iba cruzando la calle con los audífonos puestos a tope, pero no se percató, que un automóvil venia en dirección hacía ella, hasta que sin darse cuenta alguien la jalo del brazo quitándola de la carretera.

Ella solo se limitó a decir gracias, junto a una pequeña reverencia sin ver quien la salvo de ser atropellada, por la fuerte lluvia que aun caía sobre ella, se dispuso a seguir caminando bajo la lluvia, la cual ya tenía truenos y rayos de por medio, cosa que a Livingston no le importó, pero él que la quito de la carretera la detuvo agarrandola de la muñeca.