Stuckony.

Capítulo XII

Y así como el amo dio la orden, el sometido alzó la mirada hacia él. Una intensa respiración devoraba al silencio, un par de agitados corazones impedía recuperar la calma o algo de cordura. 

Tony se arrodilló y rodeó a su presa, no le permitió moverse; más bien le aprisionó aún más. Así boca abajo, Steve fue sometido por su amado.

Respiró hondo y cerró los ojos, de repente la oscuridad se transformó en un millar de sensaciones. Su ser se abría a placer de Tony, quien tenía su cuerpo encima de él, pero no había necesidad de sujetarlo de la espalda ni nada por el estilo; Steve sentía el suficiente amor para aferrarse a las sábanas y morder, morder tan fuerte como si de ello dependiera su vida o el resto de su relación. 
Si bien Bucky y él tenían historia, Tony tenía la esencia de lo nuevo, de aprender a ser hombre, a amar, a entregarse y someterse con plena consciencia. 

Tony admiraba y dominaba la espalda de Steve, sudaba como si estuviera en el Sahara a pleno mediodía, podía ver como su sudor se fusionaba con el de la espalda de Steve, también podía ver cómo Steve se aferraba a la cama; pero las imágenes no se comparaban nada a abrir ese par de compuertas bajas en su amado, al sentir cómo él era quién las abría y a la vez se abría paso. Se movía con dureza, como si quisiera romper en dos a Rogers, cada vez más fuerte y profundo, le motivaban los gemido de Steve, gemidos que se transformaban en lloriqueos.

- No pares, no pares por favor - jadeaba Steve quien estaba bastante ruborizado. 

- Pídelo más - le dijo Tony mientras hundía más su entrepierna en él.
- M-más, más...- jadeaba una y otra vez.