13. Quizás demasiado fácil.

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      Mientras tanto, en la habitación de Draco la orden del fénix esperaba atenta para ayudar si era necesario. La idea era pasar desapercibidos.
   Pasaron quince minutos y luego esos quince minutos se transformaron en una media hora y luego una hora. Draco ya tenía los pelos de punta, no podía esperar más.
   No fue hasta pasada una hora cuando Dumbledore, que había estado envuelto en una profunda meditación, habló.
  -Draco, deberías salir a ver que pasa.
   Draco asintió y se levantó de su asiento. Con paso decidido salió de la habitación pero cuando cerró la puerta tras él no supo qué hacer. comenzó a caminar hacia el sótano. Llegó allí: la trampilla estaba cerrada. Volvió a la puerta de su habitación y no se cruzó a nadie. Así estuvo un buen rato hasta que, de camino al sótano escuchó un sonido en el pasillo que se dirigía a la cocina. Se frenó en seco y luego sacó su varita. No se suponía que haya nadie en la casa. Caminó hacia el fondo del pasillo que iba a la cocina y puso su mano sobre el frío metal del picaporte. Abrió la puerta lentamente. Recorrió la cocina con la mirada: estaba todo hecho un desastre, había comida por todos lados y justo enfrente de él se encontraba Hermione, con sus ropas raídas y sucias comiendo como si fuera el primer bocado que probaba en semanas.
  -Hermione... ¿Harry te ayudó a salir?
   Hermione se volteó como si recién se diera cuenta de que alguien más estaba en la habitación.
  -¿Qué?¿Harry está aquí?
  -De hecho, la orden del fénix está aquí. Te dije que los traería para ayudarte.
   Una luz apareció en los ojos de Hermione, volvieron a brillar como aquella vez en el tren, hacia tanto tiempo.
  -Sigueme y procura no hacer ruido- Dijo Draco y con un movimiento de su varita ordenó la cocina y salió de la habitación.

Continuará...

El vengador (Dramione)-[EEDLS #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora