Pequeña psicópata

La 'cosa'

-¿Es verdad lo que dicen por ahí? ¿qué mataste a tu prima? - Preguntó Katie, que se había mantenido callada hasta el momento.

-¿Y por qué lo quieres saber? -preguntó Tina, algo cansada de que siempre la hicieran la misma pregunta.

-Porqué sí, me gustan los misterios -dijo- No te voy a decir nada si es verdad.

Hubo un silencio, Sally y Susan se miraban entre si consternadas, ¿a quién se le ocurriría preguntarle algo asi a alguien al que acabas de conocer.

-¿Sí te digo que sí se lo dirás a alguien? ¿te lo creerías? -Arqueó las cejas impaciente por la respuesta- Porque esto -dijo mirando a todas las chicas- no podrá salir de aquí. Me vendría bien hablar con alguine sobre la 'cosa'.

-¿Estás segura? No hace falta que nos cuentes nada si no quieres -dijo Susan algo preocupada.

-No, está bien. Katie ha preguntado, ¿no?, pues voy a responderla y ya que estaís aquí tambien lo podeís oír, me da igual. -suspiró- Sí, lo hice yo. Pero tenía una buena razón, esa perra insoportable no paraba de restregarme por la cara lo bien que la iba a ella y lo mal que me iba a mi. Cada vez que se follaba a un tio me mandaba una foto con él y un texto que decía '¿envidia?', era insufrible, y claro ella era la niña buena, como iban a creer primero a Tina en vez de a la perfecta Lucy. Fue duro, no os voy a mentir, pero se lo merecía, porque despues lo que hizo la última vez..... -se la cortó la voz y todas la miraron extrañadas.

-No hace falta que sigas si no quieres -dijo Sally

 -¿Qué hizo? -preguntó Katie- ¿qué hizo tu prima la última vez? -paracía que Katie era del tipo de chicas que no callan lo que quieren decir, y eso implica cosas buenas y cosas malas.

-Eso me lo guardo para mi, si no os importa, creo que es suficiente para una tarde.

-Ya os podeis ir, ya ha acabado la hora de castigo. -dijo el profesor de guardia que se ocultaba detrás de un gran periódico.

Las chicas abandonaron la sala y salieron del instituto. A la salida se pararon yesta vez fue Sally la que habló.

-No te preocupes, tu secreto quedará a salvo con nosotras, ¿verdad?

Todas se miraron, y poco a poco fueron poniendo las manos unas encima de las otras como símbolo de ello. Y este fue el principio de esta amistad.