Su mirada parecía provocarlo, clavándose sobre él de manera expectante. Cada vez que entraba por aquella puerta de madera, la temperatura parecía bajar lentamente, haciendo que su cuerpo temblara debido a los escalofríos. Aunque solamente se trataba de un par de miradas y nada más, luego de terminarse una taza de café, se apoyaba sobre el barandal negro del balcón. Sacaba una caja de cigarrillos de sus bolsillos, buscaba su encendedor y encendía uno o dos, dependiendo su estado de ánimo. Se inclinaba hacia adelante y cuando lo alejaba de sus labios, soplaba el humo en el aire con cuidado.
-¿Cómo puede lucir tan jodidamente atractivo al estar fumando?- preguntó Ten algo embobado, apoyado al lado del mostrador junto a Yuta.
-No lo sé, es algo increíble- respondió Yuta- Pero de algo estoy seguro, eres un idiota por no ir y hablarle.
-¡Ya basta con eso! -se quejó- Me conformo con observarlo de lejos.
-Eso es una completa estupidez, viene cada viernes...al igual que tú. Además de que siempre que pasa por esa puerta, no te quita los ojos de encima, como si fueras el único que esta aquí. ¿No crees que eso es señal suficiente de que nota tu existencia?
-¿O quizás ese mensaje que me dejo el otro día no tiene absolutamente nada que ver? -preguntó alzando las cejas- Te has olvidado de ese pequeño detalle, debe pensar que soy un acosador o algo.
-Pero dijo que eras lindo, no te olvides de ese otro detalle- su mirada se dirigió hacia la entrada, con la llegada de un buen numero de clientes- Bueno, es hora de ponerme a trabajar. ¿Vas a pedir lo mismo de siempre?
-No te preocupes, hoy no se me antoja nada. Solamente voy a tratar de estudiar un poco, en mi casa no logro encontrar un momento de paz- suspiró y se fue a su lugar de siempre, esa mesa cerca del balcón.
Sacó su laptop y trató de concentrarse en terminar la última parte de su reporte, también intento leer algunos artículos que lo ayudarán para ello, simplemente no pudo. La presencia de aquel chico realmente lo distraía y lograba ponerlo incómodo aunque en ese momento se encontraba de espaldas. Observó como sus anchos hombros se apretaban ante su saco largo color beige, como sus jeans negros se pegaban con perfección a sus muslos mientras apagaba su cigarrillo con su pie. Su rostro era el típico que te detenía en medio del camino, Ten suponía que seguramente estaba acostumbrado a llevarse toda la atención de cualquiera que pasara a su lado. Sus ojos eran profundos y catastróficos, emanaban un aire de inquietud. En el momento que se dio la vuelta, se estremeció en su asiento y volvió a trabajar en lo suyo, sintió como paso a su lado y se sentó en la mesa frente a la suya, como cuando lo vio por primera vez.
Luego de 20 minutos de una inútil búsqueda y de varios intentos fallidos de terminar su reporte, pudo lograrlo y decidió tomar un poco de aire. Se acercó al barandal y apoyo ambas manos sobre el, relajándose con la fresca brisa nocturna pero fue interrumpido por unos pasos que se iban acercando más y más detrás de su espalda, hizo un torpe intento de actuar natural, cuando ese chico se puso al lado suyo.
-Hola...-susurró en su dirección.
Ten lo miro y se señalo así mismo, preguntándole con la mirada si se refería a él, eso logró sacarle una pequeña risa a quién tenia al lado.
-Si, no veo nadie más aquí- sonrió- ¿Cómo te encuentras?
-Yo...supongo que bien, ¿Qué hay de ti?- preguntó Ten totalmente nervioso.
-Más que bien, esta noche luce perfecta. Las lluvias han parado pero hace un poco de frio, aunque eso me gusta...demasiado- le clavó la mirada y no pudo evitar tragar saliva, la oscuridad de sus ojos parecían querer devorarlo.
-¿Qué fue eso del otro día, ya sabes, ese curioso mensaje?- preguntó rápidamente- ¿Sueles hacer eso todo el tiempo con extraños?
-Quizás o quizás no, depende cuanto me interese la persona. Así que me acerqué a ti, porque quiero saber más de ti- respondió con una ligera sonrisa- ¿Me lo permites?
-¿Qué quieres saber de mi? ¿Algo así como cual es mi color favorito o ese tipo de cosas?.
-Puede ser, eso es lo básico pero me gustaría saber otro tipo de cosas, hay de tanto de que hablar, tus sueños, metas y demás. Pero eso no va poder ser ahora- se alejó del barandal y dio un paso fuera del balcón.
-¡Espera!- exclamó Ten mientras caminaba detrás de él- ¿No piensas decirme tu nombre aunque sea?
- Lo haré pero no seria divertido revelarlo ahora, las personas no saben ser pacientes. Si quieres saberlo, encontrémonos la próxima vez, justamente en el balcón – respondió finalmente para luego tomar sus cosas y largarse por la puerta, una vez más dejándolo confundido y con las palabras en la boca.
No lograba llegar a entenderlo del todo, pero de alguna forma no le desagradaba.
-Te veré el próximo viernes entonces, querido extraño - murmuró para si mismo.
